Las imágenes del expresidente y candidato republicano Donald Trump con el puño en alto, la cara ensangrentada y gritando “peleen” tras ser alcanzado por uno de los disparos que intentó acabar con su vida se ha convertido de manera instantánea en un momento histórico.
Los fotoperiodistas y videógrafos presentes en el mitin de Butler (Pensilvania) la tarde del sábado capturaron los detalles en los que una bala disparada por un joven blanco desde un tejado próximo al escenario en el que hablaba Trump casi acaba con la vida del exmandatario.
El sonido de varios traqueteos provocados por los disparos interrumpió el discurso de Trump y obligó a los francotiradores del Servicio Secreto a abatir a tiros al atacante, que se encontraba en un tejado de un edificio de oficinas de una sola planta cercano.
Trump se llevó la mano a la cara tras ser alcanzado por un proyectil de manera leve en la oreja derecha. Tras ser empujado al suelo por los agentes del Servicio Secreto, el candidato republicano tomó una decisión que pasará a la historia.
El expresidente se levantó rodeado por varios agentes del Servicio Secreto, preguntó por su zapato y nada más ponerse en pie les instruyó: “esperad”.
En ese momento Trump, se abrió un espacio entre los agentes del Servicio Secreto, alzó el puño derecho y gritó varias veces: “peleen, peleen” (Fight! en el inglés original).
Trump se volvió a exponer a posibles disparos en ese momento, pero siguió encarando al público con el puño en alto hasta que bajó del escenario y entró en un vehículo blindado que lo esperaba en un lateral.
Con la cara con sangre en el lado derecho, despeinado y ligeramente descompuesto por el caos del momento, Trump creó una imagen que ya está siendo repetida por sus simpatizantes en todos los foros.
La audiencia pasó de estar en el suelo entre gritos y caos a levantarse y corear las siglas USA y en algunos momentos a mostrarse agresiva con la prensa.