Este 6 de agosto se cumplió un año de que el empresario Iñigo Arenas Saiz murió dentro del bar Black Royce, homicidio por el que siete empleados del antro, entre ellos cuatro mujeres que fungieron como acompañantes de la víctima, fueron sentenciados por un juez a 10 años de prisión, informaron hoy autoridades de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM).
La madrugada del domingo 6 de agosto Iñigo de 41 años de edad murió dentro del bar ubicado en el boulevard Manuel Ávila Camacho 460, casi esquina con la avenida Primero de Mayo, en la zona industrial de Naucalpan, antro al que llegó en un taxi proveniente del club nocturno República en Polanco, Ciudad de México.
Por este homicidio, autoridades de la Fiscalía mexiquense realizaron un cateo al bar ubicado en Periférico Norte y detuvieron a dos meseros, a un empleado de seguridad y a cuatro mujeres que ejercían la función de acompañar a los clientes para alentarlos a beber y adquirir botellas de alta gama, pues trabajaban por comisión.
Por la muerte de Iñigo fue detenido Manuel, el mesero que atendió a Iñigo Arenas la madrugada del 6 de agosto en la mesa 40 del bar Black Royce en Naucalpan; así como Aritzi, Cecilia y dos mujeres llamadas Ana Karen, quienes laboraban como acompañantes en el antro y que la madrugada del 6 de agosto atendieron al cliente con quien compartieron bebidas alcohólicas, por las que el restaurante cobró a la tarjeta bancaria de Iñigo 40 mil pesos por 4 botellas “Pata Negra” y Moet Chandon Imperial, según trascendió en audiencias del juicio oral al que asistió EL UNIVERSAL.
Además fueron detenidos Eduardo y Carlos, jefe de meseros y empleado de seguridad del bar Black Royce, el juez señaló que en esta muerte hubo una actuación conjunta de cada uno de quiénes participaron desde el que llevó a Iñigo, quien lo recibió en el bar fuera de horario operación, el mesero que le sirvió agua mineral, tragos y 4 botellas, las mujeres que lo estimularon a seguir bebiendo, en un reparto de roles.
El juez que los vinculó a proceso, cuestionó que los involucrados siguieran estimulado el consumo excesivo de alcohol en el cliente, lo que contraviene la Ley General de Salud y sobre todo el que no le prestaron auxilio médico oportuno a Iñigo Arenas quien pese a tener los dedos y los labios morados y perder el conocimiento, fue dejado por más de una hora con 40 minutos hasta su fallecimiento.
El proceso legal de los siete empleados del bar inició en agosto del 2023 y concluyó el pasado mes de marzo, cuando un juez les dictó una sentencia de 10 años de prisión, informaron hoy autoridades de la Fiscalía mexiquense.
Crédito: El Universal Online