2026: el año del reacomodo

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Si queremos entender 2026, no basta con preguntar «¿cómo va la economía?». La pregunta correcta es: “¿qué combinación de política, comercio, consumo y tecnología nos deja la puerta abierta… y qué debemos hacer para capturarla?”. La buena noticia: el tablero puede alinearse a favor de México. La mala: solo le favorece a quien llega preparado.

Arranquemos por Estados Unidos. En el año anterior a las elecciones intermedias (noviembre), la política suele volverse más ruidosa y menos predecible. Ese ruido importa porque impacta frontera, comercio, migración y narrativa pública. Y si además el presidente llega debilitado por popularidad, crece la tentación de «endurecer» posturas para reagrupar a su base electoral. Un ejemplo: en diciembre de 2025, un sondeo Reuters/Ipsos colocó la aprobación de Trump en 39 por ciento, con mal desempeño percibido en economía y costo de vida.

Luego está el T-MEC. Mucha gente lo llama «firma», pero lo relevante en 2026 es la revisión sexenal: el primer «joint review» está calendarizado para el 1 de julio de 2026, y ya desde finales de 2025 el USTR abrió audiencias públicas como preparación. Este punto es clave: en periodos de revisión, las empresas norteamericanas se ponen más exigentes con trazabilidad, reglas de origen, cumplimiento laboral y continuidad de suministro. En otras palabras: a nosotros no nos comprarán solo por ser cercanos; nos comprarán por ser confiables y comprobables.

En paralelo, el distanciamiento estratégico con China no es una»separación total», pero sí empuja reacomodos de cadenas de suministro. Hay investigación y análisis del propio ecosistema de la Reserva Federal que reconoce que las tensiones comerciales EE. UU.–China han dado impulso a realineamientos de cadenas donde México aparece bien posicionado. Esa tendencia tiene un efecto práctico: más oportunidades para proveedores en Norteamérica… siempre que podamos cumplir tiempos, calidad y documentación.

Ahora, el escenario macro en México puede ayudar. El FMI proyecta que la inflación converja al objetivo de Banxico (3 %) hacia la segunda mitad de 2026. Si además el peso se mantiene relativamente fuerte (con la volatilidad normal), el mensaje para emprender es potente: podemos planear con menos sobresaltos que en años de inflación desbordada, y eso abre espacio para invertir en productividad. Pero no nos confundamos: estabilidad no significa «piloto automático». Significa oportunidad para profesionalizar.

¿Dónde leemos al 2026 como «gran año»? En el nearshoring: el de capacidades específicas. No solo manufactura; también empaque, mantenimiento, logística, certificaciones, inspección, software industrial, metrología, capacitación, servicios legales/compliance, refacciones, diseño y contenido técnico. El comprador B2B busca cumplimiento.

Asimismo, en el 2026 estará presente la IA como ventaja competitiva real, no como moda. La IA será el «asistente invisible» que nos permite hacer más con el mismo equipo:

Ventas: prospección, seguimiento, propuestas, CRM que no se olvida.

Operación: pronósticos de demanda, inventarios, rutas, mantenimiento preventivo.

Servicio: atención 24/7, base de conocimiento, entrenamiento interno.

Finanzas: conciliación, detección de anomalías, cobranza con guiones.

La condición: datos limpios, reglas claras y seguridad. Si la IA improvisa, nos cuesta reputación; si la gobernamos, nos regala productividad.

Y todavía hay un catalizador emocional y comercial: el Mundial 2026 (del 11 de junio al 19 de julio).

Para nosotros no es solo turismo: es consumo por experiencias, eventos, hospitalidad, movilidad, merchandising, contenido, activaciones de marca y servicios B2B. La clave será capturarlo sin quemar caja: alianzas, preventa, pilotos desde Q1 y paquetes cerrados.

¿2026 será un gran año? Sí, si lo construimos. El 26 no premiará al que adivina; premiará al que llega con procesos, compliance, caja sana y velocidad. Cuando el entorno se vuelve incierto, nuestra ventaja no es la intuición: es el método. Y el método, bien ejecutado, convierte el ruido político en oportunidad comercial.

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