
Al menos tres personas murieron y más de 20 resultaron heridas en un atentado con bomba al paso de un vehículo policial en la ciudad de Quetta, capital de la provincia de Baluchistán, situada en el suroeste de Pakistán, que atraviesa un agravamiento de la situación de seguridad desde hace semanas.
“Tres personas murieron y más de 20 resultaron heridas al estallar una bomba colocada en una motocicleta al paso de un furgón policial en Double Road, en el mercado de Bareech, en Quetta, a las 14:50 horas (9:50 GMT). Al parecer, el objetivo era el vehículo policial”, dijo a EFE el funcionario de la comisaría de Quetta Arshad Hussain.
Por el momento ningún grupo insurgente o separatista ha reclamado la autoría del ataque, que se produce en un contexto de creciente violencia armada en la región.
Los separatistas baluchis acusan a Islamabad de dominar las ganancias de los ricos recursos naturales de la región, mientras mantienen a la provincia marginada.
Al menos 7 personas murieron anoche en dos ataques de supuestos insurgentes baluchis en Baluchistán, que hace frontera con Irán y Afganistán.
La situación se tensó especialmente después de que varios grupos separatistas baluchis anunciaran la formación de un frente armado el pasado 2 de marzo.
La violencia se incrementó con el secuestro del tren de pasajeros Jaffar Express con más de 400 personas a bordo, que tuvo lugar el pasado 11 de marzo.
El secuestro, reivindicado por el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA), terminó después de una operación de casi 48 horas de las fuerzas de seguridad en la que murieron 33 insurgentes. Además, otras 26 personas, incluidos 18 militares, tres empleados ferroviarios y cinco civiles, perdieron la vida.
Además del repunte de los ataques, en Baluchistán también se suceden actualmente las huelgas y protestas tras el arresto el pasado fin de semana de varios líderes del Comité de Solidaridad Baluchi (BYC), incluida la líder de la organización, Mahrang Baloch.