Una familia, residente de Georgia, en Estados Unidos, vive una terrible situación a raíz de la muerte de su bebé, quien afirman murió decapitado al momento del parto debido a negligencia médica cometida por el hospital y los doctores que los atendieron al momento de su nacimiento.
El abogado de la familia afectada, Roderick Edmond, declaró que los demandantes, identificados como Ross y Taylor, presentaron una demanda en agosto contra el Southern Regional Medical Center, así como contra su obstetra St. Julian, quienes se negaran a ser honestos con la causa que suscitó el fallecimiento del recién nacido.
“Todos los aspectos de las pruebas que revelan lo ocurrido son traumatizantes. Es algo que no he visto en mi vida”, declaró Edmond.
De acuerdo a la oficina del médico forense, estos hechos sucedieron el año pasado y fue a raíz de una autopsia que se reveló que la muerte del bebé en realidad se trató de un homicidio causado por “acciones de otra persona”.
Se destacó que su fallecimiento fue derivado de una fractura de las vértebras cervicales de su columna vertebral. La madre, contó que el día en que su bebé nació había solicitado una cesárea, sin embargo, los médicos se la negaron y en su lugar la obligaron a tener un parto natural, en el cuál la tuvieron pujando 3 horas sin poder lograr dar a luz correctamente.
Pese a la situación, la doctora intentó por varios métodos hacer que la bebé naciera por vía vaginal, incluido la tracción de la cabeza del bebé, lo que provocó la decapitación del infante, así como múltiples fracturas de cráneo y huesos faciales.
Finalmente, el bebé tuvo que ser extraído por una ‘’cesárea de emergencia’’. Ante las declaraciones, el hospital se pronunció a través de un comunicado compartido en agosto del año pasado en el que negaron las acusaciones, afirmando que se trataba de una desafortunada muerte infantil que se produjo en el útero previo al parto y la decapitación.
SanDiegoRed