El miércoles 4 de septiembre, un tiroteo masivo en la escuela secundaria Apalachee High School dejó cuatro muertos, entre ellos, Christian Angulo, un adolescente hispano de 14 años que cursaba su primer año en la institución. La tragedia ha dejado una huella imborrable en la familia de Christian, quienes recuerdan con dolor el último abrazo que el joven les dio la noche antes del fatídico suceso.
“Nos dio un abrazo a mí y a su papá… siempre lo voy a traer en mi corazón”, compartió Emma Angulo, madre de Christian, en una entrevista con Univision Noticias. “Me duele mucho, me mataron en vida a mí y a mi familia”, añadió, dejando entrever el sufrimiento que siente tras la pérdida de su hijo. Para Emma, ese abrazo se ha convertido en su tesoro más preciado, un gesto de cariño que ahora guarda en su memoria como una despedida que nunca imaginó.
Christian era un joven lleno de vida y sueños, pero su futuro fue arrebatado cuando otro estudiante de 14 años, identificado como Colt Gray, abrió fuego dentro de la escuela, atacando a alumnos y maestros indiscriminadamente. Emma Angulo, sumida en el dolor, lamenta que su hijo no tuvo la oportunidad de decidir qué quería hacer con su vida, “se la robaron”, expresó con amargura.
Hace una década, la familia Angulo decidió mudarse de California a Georgia buscando una vida más tranquila y una buena educación para sus hijos. Nunca imaginaron que su búsqueda de paz terminaría en una tragedia tan desgarradora.
La familia, al igual que muchas otras, confió en que la escuela sería un lugar seguro para sus hijos, pero hoy Emma se siente devastada por la falta de seguridad en los centros educativos. “No hay seguridad al mandar a nuestros hijos a la escuela”, afirmó, destacando la incertidumbre con la que miles de padres viven día a día en Estados Unidos.
Por su parte, Lisette Angulo, hermana mayor de Christian Angulo, ha pedido ayuda con alguna donación a través de la pagina Gofundme, “para ayudarnos con los gastos de su ceremonia fúnebre debido a que su pérdida fue tan repentina”, además, describió a su hermano como “un niño muy bueno, muy dulce y cariñoso. Muchos lo querían mucho”.
Emma también expresó su frustración ante la falta de comunicación de las autoridades escolares durante el tiroteo. La familia se enteró del ataque por una conocida y no por un aviso oficial de la escuela. “Nadie nos avisó lo que estaba sucediendo”, reclamó, haciendo evidente su descontento por la falta de protocolos efectivos en casos de emergencia.
El tiroteo ocurrió a las 10:20 de la mañana, y las autoridades reportaron una fuerte presencia policial en la zona minutos después. El incidente dejó un saldo trágico de cuatro muertos y nueve heridos, entre ellos, ocho estudiantes y un profesor.
Las otras víctimas mortales fueron identificadas como Mason Schermerhorn, un estudiante de 14 años con autismo, y dos profesores de matemáticas: Richard Aspinwall y Christina Irimie.
El acusado, Colt Gray, no era un desconocido para las autoridades. El FBI reveló que Gray y su padre habían sido interrogados en 2023 por presuntas alertas de amenazas escolares en el condado de Jackson, vecino de Barrow. Esta revelación plantea interrogantes sobre cómo se manejaron esas alertas y si se pudieron haber tomado medidas preventivas para evitar la tragedia.
Crédito: Debate