La vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, hizo este viernes campaña en condados republicanos de Pensilvania, en un esfuerzo estratégico por reducir la ventaja de Donald Trump en esa región y aumentar las posibilidades demócratas de conquistar este estado clave de cara a las elecciones de noviembre.
Harris concluyó el día con un mitin en un campus universitario en Wilkes-Barre, donde propuso una “economía de oportunidades” para la clase media, reafirmó su defensa del derecho al aborto y describió a Trump como un líder divisivo, enfocado en sus propios intereses.
“Necesitamos un presidente que trabaje para todos los estadounidenses y que deje de intentar dividirnos. La gente ya está cansada de eso”, afirmó Harris, recibiendo continuos aplausos del público.
En un momento del evento, la vicepresidenta fue interrumpida por manifestantes que protestaban contra la guerra en Gaza. Uno de ellos alzó la voz, causando malestar entre los asistentes. Harris intervino, y aunque expresó que “respetaba sus voces”, les recordó que “en ese momento, estaba hablando ella”.
La campaña de Harris considera que las visitas de este viernes a zonas conservadoras del interior de Pensilvania son una oportunidad para reducir la ventaja de Trump.
Su estrategia es captar a votantes indecisos en condados republicanos, con el fin de disminuir el margen de victoria de Trump en esas áreas y asegurar que Harris obtenga suficientes votos a nivel estatal para ganar Pensilvania.
Wilkes-Barre, donde dio su discurso, está en el condado de Luzerne, un área que Barack Obama ganó en 2008 y 2012, pero que pasó a manos de Trump en 2016, cuando venció a Hillary Clinton con casi 20 puntos de ventaja. En 2020, Biden perdió Luzerne por 14 puntos.
La otra parada de Harris fue en Johnstown, situada en el condado de Cambria, a unos 100 kilómetros al este de Pittsburgh. Este condado también muestra una tendencia similar a la de Luzerne: Obama lo ganó en 2008 y 2012, pero Trump lo conquistó en 2016 y 2020.
En Johnstown, Harris conversó con votantes en un local que funcionaba como café y librería. Les comentó que es consciente de su responsabilidad de ganar “cada uno” de sus votos, y por ello desea pasar tiempo en las comunidades donde residen.
“Por eso estoy aquí, y vamos a pasar mucho más tiempo en Pensilvania”, afirmó Harris, quien ha dedicado seis de los últimos siete días a hacer campaña en este estado.
Su equipo de campaña ha destacado la importancia de Pensilvania, ya que con 19 votos en el Colegio Electoral, es uno de los estados que podría decidir quién llega a la Casa Blanca.
El viernes, la campaña de Harris indicó en un comunicado que 16 de sus 50 oficinas en Pensilvania se encuentran en condados rurales donde Trump ganó por un amplio margen en 2020. El objetivo es limitar la ventaja de Trump en esas zonas del estado, y así aumentar las posibilidades demócratas en la contienda.