El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró este martes que el acuerdo entre Israel y Hizbulá para un alto el fuego en el Líbano está diseñado para ser permanente y anunció que aprovechará sus últimas semanas en el cargo para intentar también una tregua en la Franja de Gaza.
El mandatario, que el próximo 20 de enero será relevado por el republicano Donald Trump, compareció ante la prensa en la Casa Blanca para reivindicar el acuerdo del Líbano, que entrará en vigor mañana miércoles y que contó con la mediación de Estados Unidos y Francia.
“Según el acuerdo alcanzado hoy, terminarán los combates a lo largo de la frontera entre el Líbano e Israel. Está diseñado para ser un cese permanente de las hostilidades”, declaró Biden poco después de que el gabinete de seguridad israelí diera luz verde a la propuesta.
El plan contempla tres etapas: una tregua inicial, seguida del repliegue de las fuerzas del grupo chií libanés Hizbulá al norte del río Litani; la retirada total de las tropas israelíes del sur de Líbano en un plazo de 60 días, y, por último, negociaciones entre ambos países para delimitar su frontera, que actualmente corresponde a una línea trazada por la ONU tras la guerra de 2006.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, expresó este martes su respaldo al alto el fuego, pero subrayó que Israel mantendrá su “libertad de acción” militar si Hizbulá incumple el acuerdo.
Al respecto, el presidente estadounidense dejó claro que “si Hizbulá o cualquier otro rompe el acuerdo y representa una amenaza directa para Israel, entonces Israel conserva el derecho a la autodefensa de conformidad con el derecho internacional”.
La “libertad de acción” militar dentro de Líbano era uno de los elementos más controvertidos del acuerdo, a lo que tanto el Gobierno libanés como Hizbulá se oponían de plano.
Un alto funcionario estadounidense explicó a la prensa que cualquier violación del alto el fuego será evaluada por un organismo internacional de supervisión creado específicamente para este acuerdo, liderado por Estados Unidos y Francia.
Si ocurre una violación que represente una “amenaza directa” a Israel, el país “tendrá derecho a responder”, agregó.
Durante su comparecencia, Biden también se refirió a la ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza y prometió que en los próximos días Estados Unidos buscará, junto con los mediadores de Turquía, Egipto y Catar, cerrar un acuerdo entre Israel y Hamás para poner fin a los bombardeos por parte de las fuerzas israelíes en el enclave y la liberación de los rehenes.
“Los habitantes de Gaza también merecen que se ponga fin a los combates y a los desplazamientos. Han vivido un infierno”, declaró el mandatario, quien en mayo pasado anunció una propuesta de acuerdo pero las negociaciones se acabaron rompiendo.
Biden dijo que los “civiles en Gaza han sufrido demasiado” por la ofensiva israelí, pero culpó al grupo islamista de haberse “negado durante meses a negociar de buena fe un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes”.
Reivindicó además que durante toda su presidencia ha buscado la “paz” en Oriente Medio y la construcción de un futuro Estado palestino independiente que no suponga una amenaza para Israel ni albergue a “terroristas”.
Asimismo, el presidente agregó que Estados Unidos “sigue dispuesto” a lograr un “acuerdo histórico” con Arabia Saudí para que el país árabe normalice sus relaciones con Israel.
Un alto funcionario expresó su esperanza de que, en los 55 días que le quedan a Biden en la Casa Blanca, pueda culminarse este proceso, que Washington estaba negociando antes de la guerra en Gaza, pero quedó suspendido tras el estallido del conflicto.
“Hemos llegado a la conclusión de que se ha abierto una oportunidad. Si conseguimos algunos cambios en Gaza, podríamos lograr esta normalización. Ahora mismo, las estrellas políticas y geopolíticas parecen alineadas, y vamos a ver qué podemos hacer en los próximos 50 días”, declaró a la prensa.
El mismo funcionario señaló además que podría ser factible avanzar en las negociaciones porque la futura Administración de Trump, quien en sus primer mandato buscó la normalización entre Israel y sus vecinos, parece “favorable a este enfoque”.