Hoy día “hay menos mujeres seleccionadas para volar” que antes pero la estadounidense Emily Calandrelli, la mujer número 100 en ir al espacio, quiere que “las niñas vean este hito y se den cuenta de que ni siquiera el cielo es el límite”, declaró en una entrevista con EFE.
Ingeniera mecánica y aeroespacial, divulgadora científica y escritora, Calandrelli nació en el estado norteamericano de Virginia en 1987 y el pasado 22 de noviembre se convirtió en la mujer número 100 en salir del planeta Tierra, a bordo de la misión tripulada de turismo espacial NS-28 de Blue Origin, la compañía privada de transporte aeroespacial fundada por el magnate Jeff Bezos, presidente ejecutivo de Amazon.
Tras recordar que “durante mucho tiempo no se permitió a las mujeres ser astronautas”, honra la memoria de las 99 viajeras espaciales femeninas que le precedieron desde que la también ingeniera y política rusa Valentina Tereshkova -que hoy tiene 87 años- se convirtiera en la pionera a bordo de la cosmonave soviética Vostok 6 en 1963: “Ellas lucharon mucho por su lugar en el espacio, sus logros fueron difíciles de conseguir y allanaron mi camino”.
Ahora es Calandrelli la que quiere lanzar un mensaje para las nuevas generaciones respondiendo al cuestionario remitido por EFE: “Que vean a una chica que nunca se vio a sí misma en la ciencia pero que acabó entre las estrellas, para que ellas también puedan verse reflejadas en sus sueños”.
Por ello, dijo que su misión “empieza ahora”, compartiendo el viaje con los más de 3 millones de personas que le siguen en Internet y los 100 millones de hogares que ven su programa ‘Xploration Outer Space’ y especialmente con todas las niñas que pueden inclinarse en el futuro por carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
La compañía Blue Origin compartió en redes sociales su reacción, en la que expresaba su asombro al ver por primera vez la Tierra desde el espacio: “Llegamos a la ingravidez, inmediatamente me puse boca abajo y miré al planeta… no esperaba ver tanto espacio, no paraba de decir ¡ese es nuestro planeta!, fue una sensación tan abrumadora como la que sentí cuando nacieron mis hijos”.
Calandrelli recibió diversas críticas y descalificaciones en los comentarios de la publicación por parte de usuarios que “sexualizaron su reacción” además de cuestionar su labor como astronauta “de verdad”, lo que llevó a la compañía a eliminar el video.
Sin embargo, ella insistió en que no piensa disculparse “ni sentirse rara” por una reacción que es totalmente suya y le encanta, y criticó que “muchos hombres se desviven por intentar menospreciar a mujeres exitosas”, así que su experiencia no le parece especialmente única ni digna de mención.
El viaje suborbital de Calandrelli duró aproximadamente 10 minutos y transportó a media docena de pasajeros civiles que sobrevolaron la llamada Línea de Kármán, considerada “la frontera del espacio” por la Federación Aeronáutica Internacional porque separa la atmósfera terrestre del espacio exterior.
Calandrelli cree que el turismo espacial tiene futuro pues “muchos querrán repetir una y otra vez, porque es como ver el océano: no importa cuántas veces se haya visto, sigue siendo maravilloso volver”.
“Lo primero que pensé al aterrizar fue que haría cualquier cosa por volver a vivir esta experiencia” que “han tenido menos de 700 de los 100.000 millones de seres humanos que han habitado en este planeta”, afirmó.
Además, comentó sentirse “afortunada” y “orgullosa” por proporcionar durante el vuelo información sobre una experiencia que “no puede recibirse de ninguna otra manera” y que ayudará a ampliar y mejorar la exploración espacial, incluyendo el diseño de “vehículos orbitales más potentes” pese al “riesgo” para las vidas de los astronautas.
La “primera era de los vuelos espaciales comerciales”, concluyó, es “un sueño que llevaba décadas gestándose”.