Campeón como jugador con los Pericos en 1963 y como manager con los poderosos Ángeles Negros en 1986
Por: J.L. HERMIDA USCANGA
Rodolfo “Rudy” Sandoval, uno de los dos personajes que tuvieron el privilegio de ser campeones con la franquicia de Puebla como jugador y manager, murió este martes 21 de enero de 2025, cuatro días antes de cumplir 88 años de edad.
El sonorense fue campeón con los Pericos en 1963 y como manager llevó al trono a los poderosos Ángeles Negros en 1986.
Rudy, quien jugó 24 campañas en Liga Mexicana de Verano, nació en Guaymas, Sonora un 25 de enero de 1937, fue uno de los receptores más longevos en la pelota mexicana.
Dueño de una gran inteligencia, un gran mascoteo y un brazo de respeto, Sandoval fue uno de los grandes ídolos de la pelota mexicana donde vistió la franela de Tigres, Tecolotes de Nuevo Laredo, Pericos de Puebla, Diablos Rojos del México, Broncos de Reynosa, Sabinas, Monterrey, Chihuahua y Poza Rica.
Rudy comenzó su andar por la pelota en 1955 con los campeonísmos y mexicanísimos Tigres, con quienes jugó ese solo año, y se retiró en 1980 con los Tecolotes a los que regresó después de su amplio andar por la pelota profesional.
A Puebla llegó en la mudanza de la franquicia de Nuevo Laredo a la Angelópolis en 1960, jugando hasta la mitad de la campaña de 1964 cuando pasó a los Diablos.
Rudy fue parte de los campeones Pericos en 1963, donde se desempeñó como el receptor titular en ese cuadro de oro que integraron Ronnie Camacho, Moi Camacho, José “Zacatillo” Guerrero, Jorge Fitch y el de Guaymas detrás del plato.
Todos ellos se encuentran en el recinto de los inmortales. Y de esos inolvidables Pericos sólo sobreviven Ronnie y Moi, quienes conformaron la dupla de los “Camacho de la destrucción”.
Entre sus campeonatos como jugador se encuentra el que logró en 1955 con Tigres, 1958 con los Tecolotes de Nuevo Laredo, con Pericos en 1963 y con los Broncos en 1969, que dirigía su excompañero con los verdes Miguel Sotelo, y a quien venció después como manager más tarde en una final.
Después de su retiro, Rudy dirigió entre otros equipos a los Tuneros de San Luis, antes de regresar a Puebla en 1986 para dirigir a los Ángeles Negros de Puebla con quienes firmó una campaña de antología para dar a la ciudad el cuarto campeonato de su historia.
Los Ángeles Negros vencieron en el primer playoff a los Diablos, algo que jamás había logrado la franquicia de Puebla; a los Tigres en la final sureña y en la gran final superaron en cinco partidos a los Sultanes de Monterrey.
Fue la batalla donde Rudy se encontró cara a cara con su excompañero con los Pericos en el campeonato de 1963 y su exmánager con Reynosa en 1969, Miguel Sotelo, al que terminó ganándole la partida.
De esa manera se unió a Jorge Fitch como los dos únicos que han logrado ser campeones con la franquicia de Puebla como jugador y más tarde como manejador.
En esa escuadra de 1986 destacaban peloteros como Don Carter, Chuchín González, Dave Stockstill, Willie Aikens, Orlando Sánchez, Guillermo Rodríguez, Miguel Ángel Castelán, Héctor Ponce, Hermilio Alonso, Víctor Quintero (QEPD), Jaime Orozco, Germán Jiménez, Juan Rincón, entre muchos más.
Rudy dirigió parte de la temporada de 1987 cuando después de una serie de malos resultados y crisis en el vestidor, los Pérez Avellá decidieron darle las gracias, quedándose como manager interino Alfredo “Zurdo” Ortiz, quien dejó finalmente el equipo en manos de Roberto Méndez, quien precisamente falleció a finales del año pasado.
Después de ese paso por Puebla, Rudy se alejó de la escena beisbolera. Esporádicamente visitaba la ciudad donde tenía muchas amistades, pero se dejaba ver poco.
Jugó siete temporadas en la Liga Mexicana del Pacífico con los equipos de Culiacán, Empalme, Mayos de Navojoa, Guaymas, Mazatlán y Naranjeros de Hermosillo, logrando un promedio de .265 milésimas con el madero.
Rudy fue entronizado al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano en el 2001 junto a Jorge Fitch, Jack Pierce y don Pedro “Charrascas” Ramírez, quien es el único sobreviviente de esa clase ya con más de 100 años de edad.
Conocimos a Rudy en ese inolvidable 1986 cuando nos tocó cubrir esa gran campaña de los Ángeles Negros, y fueron muchísimas las entrevistas que nos otorgó el manager sonorense, ya sea en el mismo estadio o en las pláticas de café que disfrutábamos en la zona de los portales de la ciudad de Puebla.
Hoy se fue otro de los grandes ídolos de la afición poblana, de Nuevo Laredo, Reynosa, y del beisbol mexicano.
¡Descanse en paz!