
Días difíciles, complicados y sin ánimos de ser inapropiado, interesantes se viven en los Estados Unidos en distintos ámbitos; políticos, sociales y culturales marcados por situaciones como la toma de protesta del Presidente Donald Trump, que en este segundo mandato pretende ser más impositivo que en el anterior (siempre de la mano de la estrategia de intimidación que le ha caracterizado desde el primero y en toda su carrera en general, como lo vimos en la cinta “El Aprendiz”; y que por cierto, está de regreso en algunas salas de cine por la nominación al Oscar a Sebastian Stan como actor protagónico por dar vida en la pantalla grande al magnate y político. Un interesante ejemplo para comprender más a fondo su personalidad, casi como un manual de introducción al trumpismo). Y derivado de esto, con duras políticas que vulneran la situación y seguridad de inmigrantes y extranjeros (además de los duros golpes a la economía que buscan mejorar las finanzas de su país); la casi invisibilidad a los derechos de las personas trans o fuera de los únicos 2 sexos ahora solo reconocidos por el gobierno, y la disminución de los programas de apoyo de muchas empresas a minorías.
A la par de estos sucesos, en las artes y el entretenimiento, tenemos el inesperado (más no sorprendente) revés que tuvo Hollywood en su temporada de premios. Luego del parón en ceremonias a raíz de los incendios que devastaron parte de las colinas de California y los llevaron incluso a destinar presupuestos de muchos de estos eventos a causas benéficas; y que posterior a este desastre, la polémica cinta extranjera de la que ya he hablado más de lo que quisiera “Emilia Perez” pasó de ser la gran favorita de todos los críticos y votantes al pariente incómodo que nadie quiere en su mesa luego de todos los escándalos en que su elenco se ha visto envuelto en las últimas semanas. Entre los comentarios xenófobos del director Jacques Audiard al cuestionar su falta de profundidad al retratar a México en su película, con respuestas como que “el español es un lenguaje de pobres e inmigrantes”; las polémicas en redes sociales de su protagonista Karla Sofia Gascón quien en un intento por desestimar las críticas a su trabajo tachándolas de mensajes de odio y transfóbicos, terminó cayendo por su propia cuenta al destaparse la sarta de comentarios ofensivos y discriminatorios que ha hecho hacia absolutamente todo y todos a través de los años en sus cuentas; de minorías a celebridades, hasta en contra de sus ahora Propias compañeras de reparto, mismos que los medios no dejaron pasar por alto y en una oportunidad por salvar su nominación dando una entrevista a CNN en español (la cual solo empeoró las cosas) terminó por hacer a Netflix decidir retirarle su apoyo y prescindir de su presencia para continuar promocionando la cinta en su ya hoy muy empedrado camino hacia los preciados galardones; convirtiendo a Zoé Saldaña en la cara del proyecto, puesto que Selena Gomez también se vio manchada luego de su video llorando en redes por las deportaciones de mexicanos y que muchos catalogamos como un movimiento en muy mal timing, y terminó por no agradar ni a simpatizantes ni a políticos que incluso pusieron en cuestión la legitimidad de su permanencia en el país.
Y de esta forma, una nominación que pretendía mostrar al mundo la diversidad en sus seleccionados se ve ensuciada por la parte personal de su nominada (dejando en claro por supuesto que ser parte de una minoría no te exime ni te da el crédito de ser una buena persona solo porque si y que el machismo, el racismo, incluso la homofobia pueden ser parte de la misma comunidad); una película que era la cara de igualdad e inclusividad para los extranjeros terminó por ser el chiste que era en la ficción para los Mexicanos en uno de la vida real y que ocurre en el peor momento social bajo las narrativas de odio por parte de conservadores justo hacia todo lo que no representa sus creencias en momentos de crisis como los que vivimos.
No sé si todas estas polémicas y campañas políticas por el puesto a la mejor película de la temporada terminen por ser un arma más para la ultraderecha y el conservadurismos que avanza desenfrenadamente en los Estados Unidos (y en América en general) para hacer aun más pisoteados los derechos y la libertad de los grupos más vulnerables en este momento y que viven una nueva persecución en el territorio por ser ellos; cuando se suponía que a inicios de año (hace solo un mes), esta era una batalla por darle libertad a todos, pero nos damos cuenta que el momento político y social influye hasta sin querer; hasta la Formula 1 terminó sin motivo alguno en particular con una parrilla de pilotos para el 2025 de solo blancos europeos prácticamente, como si estuviéramos de nuevo décadas muy atrás. Porque como vemos, la realidad imita a la ficción, tanto como la ficción imita a la realidad.
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