
En plena vía pública y ante decenas de testigos, una mujer enfrentó al que presuntamente es su hijo, acusado de intento de robo, y le propinó una paliza que hizo eco más allá del barrio: con cinturón en mano y furia materna acumulada, la escena fue captada en video y difundida en redes con un mensaje claro: “Eso no se lo enseñé yo”.
Los hechos ocurrieron —según primeros reportes no oficiales— en una localidad del sureste mexicano, donde el joven fue descubierto por vecinos mientras intentaba cometer un robo. Sin embargo, lo que parecía el inicio de un linchamiento tomó un giro inesperado cuando su madre llegó al lugar y pidió “el cinturón”, para encargarse personalmente de la lección.
🙈“QUIEN TE ENSEÑÓ A ROBAR⁉️”
— ¡QUÉ POCA MADRE! 🇲🇽 (@QuePocaMadre_Mx) April 17, 2025
👉BIEN POR ESTA DOÑITA QUE LE PONE UN CASTIGO EJEMPLAR A SU HIJO RATERO. 👏🏻
👉QUE TE PARECE EL CASTIGO QUE LE DIO LA SEÑORA A SU HIJO, SE TE HACE JUSTO O EXAGERADO ⁉️🤔 pic.twitter.com/d4Cq0ETPdk
Vestida con falda roja y blusa azul, la mujer arremetió sin dudar. “¿Quién te enseñó a robar, eh?”, gritó mientras el joven intentaba protegerse. Alrededor, la multitud no solo no intervino: grabó, aplaudió y celebró. Algunos incluso pidieron que “subieran el video completo”.
En redes sociales, el castigo generó una oleada de comentarios:
La escena abrió un debate que no es nuevo: ¿hasta dónde una madre puede (o debe) disciplinar? ¿Y qué tan efectivo es el castigo físico en la formación de valores?
Para la psicóloga Julia Borbolla, “detrás de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) está una manera de pensar y de actuar sumamente arraigada, porque empezamos por la nalgada, pero puede ser una cadena donde lo que yo estoy comunicando es que puedo hacer del lastimar una herramienta de educación”.
Desde otra perspectiva, Mariana Di Bella Roldán, experta del Instituto para el Desarrollo de la Pareja, considera que “me asusta cómo se van a llevar a cabo los juicios, cómo van a determinar el hecho de si realmente se debe o no perder la patria potestad, porque la mayoría en algún momento recibimos una nalgadilla por ahí y fue precisamente como para hacernos ver que había un límite y no para lastimarnos”.
Lo cierto es que la mujer no fue arrestada ni sancionada. Al contrario, para muchos se convirtió en símbolo de una disciplina olvidada, de una educación a la antigua, de una línea que —según dicen— no debió cruzarse nunca: “las madres antes te corregían a tiempo… y con ganas”.
Pero la pregunta permanece: ¿la violencia justificada por la intención educativa sigue siendo válida en pleno 2025?
Mientras algunos celebran el video como un acto de amor duro y otros lo condenan como un retroceso en derechos infantiles, una cosa es segura: el debate sobre los límites de la autoridad materna en México está más vivo que nunca. Como si cada cinturonazo fuera también una pregunta sin resolver.
La escena ha reavivado el debate en torno al castigo corporal en México, especialmente en el contexto de las reformas legales impulsadas desde 2021. En ese año, se promulgó la Ley que prohíbe el castigo corporal y humillante contra niñas, niños y adolescentes, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 8 de junio de 2021.
Esta reforma al artículo 44 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes establece que todas las personas tienen prohibido ejercer cualquier forma de castigo corporal o trato humillante como forma de corrección o disciplina, incluso en el ámbito familiar.
Datos relevantes: Según datos del INEGI (2022), 6 de cada 10 menores de edad en México han recibido algún tipo de castigo corporal en el hogar, y el 13.9 % ha experimentado formas severas de violencia física. Asimismo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha reiterado que el castigo corporal puede tener consecuencias negativas a largo plazo, como mayor agresividad, ansiedad o baja autoestima en los niños.
Por otro lado, el tema no es menor dentro del marco legal internacional. México es parte de la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU, la cual considera que el castigo físico es una forma de violencia incompatible con los derechos humanos.
En cuanto al video viralizado, si bien la mujer no fue detenida, su acción podría haber derivado en una intervención del DIF si las autoridades locales hubieran determinado que se vulneraron los derechos del menor, incluso si ya es mayor de edad. Sin embargo, la falta de una denuncia formal o de datos oficiales sobre su edad y situación legal impide valorar si existía competencia jurídica para actuar.
Este tipo de casos visibiliza la tensión entre las prácticas culturales arraigadas en la disciplina familiar y el marco jurídico vigente que busca erradicar todo tipo de violencia contra menores. La discusión pública no solo gira en torno a la legalidad del acto, sino también a la percepción social de lo que significa “educar” en contextos de desigualdad, violencia y falta de acceso a recursos de crianza positiva.
¿Crees que el castigo físico aún tiene cabida en la crianza actual? Comenta tu opinión.
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Crédito: Excelsior