
En Puebla, la política nunca descansa. Aún con la elección de 2024 fresca en la memoria, ya hay quienes se mueven pensando en 2027. Algunos con pasos sigilosos, otros con estridencia, pero todos con la misma meta: alcanzar una presidencia municipal o un escaño. Sin embargo, más allá de las intrigas y los adelantados, hay un tema que podría cambiar por completo las reglas del juego: la desaparición de las candidaturas plurinominales.
La propuesta de Reforma Electoral de la presidenta Claudia Sheinbaum no sólo busca reducir o eliminar estas posiciones en la Cámara de Diputados y el Senado, sino también disminuir el financiamiento a partidos y replantear el papel del INE.
Las plurinominales, históricamente repartidas como premio discrecional por las dirigencias partidistas, han sido un salvavidas para perfiles sin respaldo popular, que no hicieron campaña ni pidieron el voto ciudadano. Esta vía ha llevado al Congreso a personajes que jamás habrían llegado por mayoría relativa, desde figuras históricas como Pablo Gómez, hasta cuadros emergentes y aliados coyunturales que han hecho carrera sin someterse al escrutinio de las urnas.
En Puebla, esta fórmula ha permitido que nombres como Fedrha Isabel Suriano, Delfina Pozos Vergara, Beatriz Manrique Guevara, Julio Miguel Huerta Gómez, María Soledad Amieva, Gabriela Chumacero, Celia Bonaga, Marcos Castro, Luana Armida Amador, Rafael Alejandro Micalco, Genoveva Huerta, Ignacio Mier Velazco, Lázaro Cuauhtémoc Jiménez, Beatriz Cuaxiloa, Kristal Vences Valencia o Blanca María del Socorro Alcalá ocupen un cargo legislativo sin pasar por el voto directo.
De aprobarse esta reforma, partidos como el PT, PRI y el PAN -e incluso Morena- tendrían que competir en igualdad de condiciones: sólo quienes ganen en las urnas tendrán un asiento en el Congreso. En Puebla, esto implicaría que de las cinco a siete plurinominales que se reparten cada tres años, muchas simplemente desaparecerían, obligando a que las candidaturas se definan por mérito electoral y no por favores políticos.
Para 2027, Puebla renovará 217 presidencias municipales, 26 diputaciones locales y 16 diputaciones federales. La magnitud de este proceso exige estrategia, acuerdos sólidos y un liderazgo capaz de unir a las bases. Si se concretan estos cambios, el mapa político no sólo se reacomodará, también se depurará.
La carrera apenas empieza, pero esta vez no ganará quien se adelante en la foto, sino quien pueda demostrar que tiene el respaldo real de la gente.
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