
El 2025 ha sido sin duda el año en el que el terror se convirtió en el género cinematográfico más sólido y estable en lo que a recepción de audiencia refiere, así como, de los más recurridos por directores que han vuelto a encontrar narrativas mucho más profundas en éste (que por mucho tiempo fuera subestimado y relegado a sustos y clichés baratos por la industria y los grandes estudios). Como ya lo mencioné con anterioridad, mientras los dramas protagonizados por súper estrellas o las grandes franquicias y los superhéroes intentan por todos los medios atraer gente a la taquilla y reconectar con los fans perdidos en años recientes, parece que el miedo encontró una ventana de oportunidad para llamar a más personas; volviendo a encantar a muchos por la complejidad de sus argumentos como en años atrás lo hicieran grandes de terror y suspenso como Alfred Hitchcock (imitado pero jamás igualado). Quizá ha sido desde la simpleza y humanidad de sus premisas que lograron empatizar con nosotros espectadores desde algo más mundano o primario, como el dolor o la pérdida. El caso de “Haz que regrese (Bring Her Back, 2025)” o “La Hora de la desaparición” en el último mes, dos historias de terror sobrenatural que realmente tienen en el fondo un tópico mucho más profundo como el dolor humano y la desesperación, son la clave del hilo conductor que ve en el miedo el vehículo perfecto para dar visibilidad y apreciación a una historia que puede pasar desapercibida cuando se trata de un drama convencional del cual la gente puede estar harta, o de una comedia clásica más; y por ello estas historias se alejan de esos estilos para dar su discurso, pero usándolos para condimentar su proyecto.
Podríamos culpar al fenómeno de “La sustancia” de haber reactivado esta revolución en Hollywood donde el terror se vuelve el género protagonista y predilecto en las salas de cine, o al menos, el filme que volvió a hacer realmente popular estas historias; sobre todo usando, el tan ahora popular término, “horror corporal” para atraer a los espectadores a partir del morbo pero dándoles algo mucho más profundo. Jordan Peele por su parte, dio pasos importantes en la última década del cine de horror con sentido social con películas como “Get Out” o “Us” que lo usan como un medio para denunciar el racismo y las desigualdades sociales. Y más recientemente aun, los hermanos y youtubers Michael y Danny Philippou hicieron lo propio con la aclamada por el público “Háblame”, que refrescó los matices más convencionales del terror. Ahora, una historia un poco más clásica y bien conocida toma la batuta para llamar a los amantes del cine a las butacas.
“La Hermanastra Fea” es una película noruega satírica de comedia negra y terror corporal escrita y dirigida por Emilie Blichfeldt (en su debut como directora). La película, protagonizada por Lea Myren e inspirada en el cuento de hadas de Cenicienta de los hermanos Grimm, narra la retorcida historia de Elvira, quien compite contra su bella hermanastra en una sangrienta batalla por la belleza; una versión retorcida y brutal del clásico cuento. Elvira, obsesionada con la idea de conquistar al príncipe, se somete a procedimientos estéticos cada vez más extremos y grotescos para competir con la hermosa Cenicienta; una cinta que encuentra su encanto en la crudeza y su enfoque en el cuestionamiento social, además de ofrecer una crítica mordaz a la sociedad moderna, todo sin caer en el innecesario de otros cuentos que han sido adaptados a la gran pantalla en formato de pesadillas (aunque cintas como “Winnie the Pooh” de slasher, tienen un público e idea muy definida, solo burlar y satirizar).
Sin dejar del lado está obsesión que tenemos por los villanos de la infancia y la redención del malo mediante el discurso de que éste solo respondió al medio hostil en el que se crió, pero sin quitar responsabilidad en las acciones que muchos quieren delegar en ocasiones; “La hermanastra fea” utiliza el terror para hablar de temas contemporáneos como la obsesión por la belleza y la auto- mutilación en nombre de la estética, aborreciendo a quienes creen que la belleza interior por regla se refleja en el exterior y reafirmando que todos podemos ser villanos en el cuento de alguien más.
Una cinta que se encuentra en cartelera y no pueden dejar pasar si son amantes del Body Horror, así como de esta ola del cine de terror que lleva mucho más que sustos y que se vale de este género primordialmente, para dar una declaración más fuerte y demostrar que el ser más malvado en el mundo real es el propio ser humano.
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