
Uno de los errores más comunes que cometemos como emprendedores es concentrar toda nuestra energía en desarrollar el producto, pero dedicar muy poco tiempo a pensar cómo lo vamos a vender. Y, en realidad, los canales de venta son tan estratégicos como nuestra propuesta de valor. Un gran producto que no llega a manos de nuestro cliente es una gran idea desperdiciada.
Los canales de venta son los medios a través de los cuales nuestro producto llega al consumidor final.
Aquí compartimos los principales y cómo pueden funcionar para nuestro emprendimiento:
Venta directa
Es el canal más antiguo y sigue siendo uno de los más efectivos. Incluye desde el clásico mostrador de nuestra tienda hasta un vendedor tocando puertas o atendiendo en un call center.
Puntos de venta propios
Tener nuestra propia tienda física, showroom o quiosco nos da control total sobre la experiencia de nuestro cliente.
Retail o distribuidores
Colocar nuestro producto en tiendas de terceros (supermercados, departamentales, boutiques, farmacias, etcétera).
Venta en línea
Hoy es prácticamente obligatorio tener un canal digital: nuestra propia tienda en línea, marketplaces (Amazon, Mercado Libre, Etsy) o redes sociales.
Suscripción o membresías
Ideal para productos de consumo frecuente (café, alimentos gourmet, productos de higiene, contenido digital).
Venta corporativa o B2B
Vender a empresas en lugar de al consumidor final. Por ejemplo: ofrecer snacks para oficinas o servicios de entretenimiento para empresas.
Alianzas estratégicas
Vender a través de otros negocios con los que generamos sinergia. Por ejemplo: una marca de café que se ofrece dentro de panaderías o librerías.
Eventos y experiencias
Ferias, pop-ups, mercados locales, festivales y demostraciones en vivo.
Nuestra conclusión
No existe un único canal correcto: la clave está en encontrar la mezcla adecuada para nuestro tipo de producto, nuestro mercado y nuestra etapa de negocio. Empecemos con uno o dos, dominémoslos, midamos resultados y luego expandámonos.
Recordemos: no se trata solo de vender, sino de construir un camino para que nuestro cliente nos encuentre, nos pruebe y vuelva por más.
Foto de Freepik