
Los efectos de las políticas arancelarias y migratorias de Donald Trump se reflejaron en el comportamiento de las remesas enviadas por connacionales a Puebla, así como los flujos de inversión extranjera directa, e incluso en empleo productivo, reflejan cifras del Banco de México, la Secretaría de Economía federal y el IMSS.
En el primer semestre del 2025 Puebla reportó remesas por 1 mil 645 millones 757 mil 700 dólares, es decir, prácticamente no crecieron si se descuenta la inflación y los efectos de la paridad cambiaria.
Las remesas crecieron 1.74 por ciento en términos nominales con respecto al primer semestre del 2024 cuando reportaron un monto de 1 mil 617 millones 515 mil 200 dólares, conforme los registros de Banco de México.
En torno a la inversión extranjera directa, Puebla registró un desplome del -61.5 por ciento en la captación en el primer semestre del 2025, con respecto al mismo periodo del 2024, atrapada en las amenazas y políticas arancelarias de Estados Unidos que impactan directamente a sectores como el automotriz-autopartes, la principal fuente de atracción de capitales empresariales del exterior.
En ese contexto, Puebla reportó en el primer semestre del 2025 un monto de 498.8 millones de dólares de inversión extranjera directa, en contraste con los 1 mil 295,8 millones reportados en el mismo lapso del 2024, conforme los registros de la Secretaría de Economía federal.
En el caso de Puebla, la reinversión de utilidades se tradujo en un flujo de 597.7 millones de dólares; sin embargo, las cuentas entre compañías restaron -109.3 millones a los recursos provenientes del exterior, mientras que las nuevas inversiones apenas alcanzaron los 3.4 millones de dólares.
La salida de recursos por las cuentas entre compañías, fueron, no obstante, menores a las del primer semestre del 2024 cuando alcanzaron un flujo de 395 millones de dólares.
En torno a empleo con seguridad social, 2025 apunta a ser el año con la menor generación de puestos de trabajo formal en más de dos décadas, omitiendo la crisis financiera de 2009 y la pandemia de COVID-19, cuando se perdieron puestos de trabajo en el registro del IMSS.
En Puebla, desde el mes de enero en que inició el mandato de presidente de Estados Unidos, al cierre de septiembre, solamente se han creado 822 empleos netos con seguridad social, aunado a la pérdida de 3 mil 237 puestos con seguridad social ante el IMSS en el tercer trimestre del 2025.
La contracción de la inversión se refleja en el hecho de que, al segundo trimestre de 2025, cayó -5.9% a tasa anual.
La disminución cercana al 20% en la inversión pública asociada al proceso de consolidación fiscal y la conclusión de las mega obras del sexenio anterior era esperada, pero más preocupante aún es la contracción de -4.3% anual de la inversión privada.
Estos son algunos de los “ques”, pero falta definir los “cómos” para enfrentar una coyuntura que pareciera solamente circunscribirse a un discurso de intenciones, pero con políticas que, lejos de dar un escenario de certidumbre, generan dudas ante la falta de líneas estratégicas, funcionarios que no saben explicar a cabalidad, por ejemplo, cómo se trabaja para aprovechar los Polos de Desarrollo…
La trascendencia de Puebla y México en el contexto internacional, no es menor.
Tenemos que tener claro el por qué los ojos del mundo podrían estar puestos sobre nosotros en los siguientes años y si políticas como el Plan México realmente tienen ese alcance, conocer las líneas estratégicas y socializarlas, para que construyamos una visión común para salir adelante, mientras a Trump se le quita o no el catarrito.