
El director de cine franco-griego Konstantinos Gavras, conocido como Costa-Gavras, defendió el cine como un espacio que “no tiene que hacer un discurso político, ni académico” sino ser un lugar donde “contar lo que se ve”, para, sin ser un documental, llegar a miles de personas.
Así lo explicó en una conferencia de prensa en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, en el sur de España, donde este año recibirá el Giraldillo de Honor, el máximo galardón honorífico del certamen.
Costa-Gavras, cuyo cine se ha caracterizado por la denuncia de temas sociales, dijo que en la actualidad “no faltan temas en la sociedad para hacer películas”, sobre todo “porque todo se está transformando, en Europa y el resto del mundo”, pero matizó que el cine “no puede seguir la actualidad, porque no estamos aquí para contar la actualidad, para hacer un discurso”.
“Hay que tener un cierto distanciamiento para contar la realidad en el cine sin hacer un documental”, enfatizó y subrayó que le gusta hacer cine basado “en la tradición de la tragedia griega”, y conseguir que sus obras sean “una metáfora para contar lo que pasa en el mundo”.
Así, con respecto a la actualidad mundial, “no se puede contar todo”, pero se puede llegar a encontrar “la metáfora justa” para lanzar el mensaje que se pretenda, dijo el director, que a sus 92 años estrenó hace unos meses ‘El último suspiro’, un film sobre la eutanasia y el acompañamiento al final de vida.
Con todo, para el veterano cineasta, el cine está “para contar cosas, más que para denunciar, y se tiene que hacer de la forma más comprensible y honrada, sin manipular a los espectadores”, porque la gente que acude a las salas “tiene una relación personal con el cine”, y, al final, lo más interesante en una historia “es el espectador”.
Y es que “hay miles de personas que van a ver una película, con lo que no se trata de hacer un discurso político ni académico, sino de contar lo que se ve de la forma más honrada posible”, remató.
El director de ‘Z’, con la que consiguió un Oscar a Mejor Película Extranjera, se mostró un firme defensor del cine europeo y sus profesionales, y dijo que siempre que ha rodado fuera de Europa ha puesto como condición que la postproducción se realizase en Francia.
Entre las películas que ha realizado con esa premisa ha recordado ‘Desaparecido’ (1982), thriller rodado en Estados Unidos sobre un periodista desaparecido en Chile durante la dictadura de Pinochet, protagonizado por Jack Lemnon y Sissy Spacek, y ganador del Oscar al Mejor Guion Adaptado y la Palma de Oro en Cannes.
De esta película recordó que la participación de Jack Lemnon fue una apuesta personal suya: “Me dijeron que era un actor cómico, que no podría hacer el papel, y demostré que era un actor que podía hacer una película trágica”.