La nueva adaptación de la emblemática novela ‘Cien años de soledad’ de Gabriel García Márquez ha llegado con grandes expectativas, pero también con algunas polémicas.
Una de las principales controversias se centra en la elección de Akima, la actriz que interpreta a Rebeca, un personaje descrito en la obra como “la mujer más bella de Macondo”.
En la novela, Rebeca es descrita como una joven misteriosa que llega a Macondo siendo apenas una niña, cargando una bolsa con huesos humanos y un pasado envuelto en secretos.
Sin embargo, es en su juventud cuando su belleza comienza a destacarse y a captar la atención de quienes la rodean. En un pasaje significativo, García Márquez escribe:
“Rebeca, al contrario de lo que pudo esperarse, era la más bella. Tenía un cutis diáfano, unos ojos grandes y reposados, y unas manos mágicas que parecían elaborar con hilos invisibles la trama del bordado.”
La construcción literaria de Rebeca no se limita a su belleza física, sino que también resalta su complejidad como personaje.
Su llegada a la familia Buendía marca un cambio en la dinámica familiar, y su historia incluye amores prohibidos, tragedias personales y decisiones impulsivas que la convierten en una figura clave en la narrativa.
Desde el inicio de la producción, la representación de Rebeca generó opiniones encontradas, principalmente porque la actriz no encaja en los estándares de belleza históricamente idealizados en televisión y cine.
En respuesta, Akima utilizó su cuenta de TikTok para reflexionar sobre estas críticas y las implicaciones que tienen en términos de representación y diversidad.
“Se me hace algo sumamente trasgresor que en una producción tan grande hayan elegido caras tan distintas de las que hemos visto a lo largo de la historia de la televisión,” señaló Akima.
En su declaración, la actriz subrayó que el rechazo hacia su interpretación refleja un choque cultural:
“Una mujer hermosa generalmente es una mujer blanca, es una mujer rubia. Me atrevo a decir que la gente se ofendió tanto porque nunca antes ha habido una introducción de un personaje como el mío, una mujer más hermosa con rasgos más indígenas, más afro.”
Akima explicó que su papel representa un cambio significativo en la manera en que se conciben y proyectan los ideales de belleza en producciones audiovisuales de alcance global.
En su video, Akima no solo respondió a los comentarios negativos, sino que también abrió una conversación sobre cómo la sociedad define la belleza y quién tiene derecho a ser considerado hermoso.
“Yo siempre me he sentido muy transgresora porque en algún momento de mi vida yo me prometí tener aceptación total por mí misma y sentirme hermosa. Creo que sentirte hermoso en una sociedad que puede ser cruel y racista es un acto de rebeldía,” comentó la actriz.
Akima reconoció que la controversia trasciende lo estético, planteando una discusión sobre cómo las producciones audiovisuales pueden desafiar los estándares culturales:
“Este no es un video para tratar de defenderme y hacer que la gente piense que soy bonita porque siento que eso sería como reducir mucho la conversación a algo estético. Es una conversación que va más allá (…) se me hace valioso que muchas personas puedan verse reflejadas y otras personas puedan abrir su concepción de belleza.”
Además, la actriz resaltó la importancia de que personas con rasgos más diversos se vean representadas en historias de gran alcance:
“Se me hace súper valioso que estemos exportando otro tipo de caras al mundo.”
Akima concluyó su mensaje expresando su felicidad por generar incomodidad en ciertos sectores de la audiencia, ya que esta puede abrir las puertas a nuevas narrativas e inspirar a quienes no se veían reflejados anteriormente:
“Me siento muy feliz de generar esta incomodidad porque yo sé que abre las puertas a toda una conversación.”
@callmeakimaa La mujer colombiana
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Crédito: Milenio