Por: Paul Cabrera
El Pentágono informó este miércoles que ha alcanzado un acuerdo de culpabilidad con Khalid Sheikh Mohammed, el autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre de 2001, y con otros dos de sus cómplices, Walid bin Attash y Mustafa al-Hawsawi, todos presos en la base militar de Guantánamo, Cuba. Según el Departamento de Defensa de Estados Unidos, los términos y condiciones específicos de estos acuerdos no están disponibles para el público en este momento.
El acuerdo, negociado por la Autoridad Convocante de las Comisiones Militares, Susan Escallier, permitirá que los casos, que llevan años estancados en maniobras judiciales previas al proceso, avancen hacia su resolución. The New York Times reportó que los tres acusados acordaron declararse culpables a cambio de una sentencia de cadena perpetua, evitando así la posibilidad de enfrentar la pena de muerte.
Los tres acusados han estado detenidos en Guantánamo desde hace más de 16 años. Khalid Sheikh Mohammed, conocido como KSM, fue capturado en Pakistán en 2003 y ha sido identificado como el cerebro detrás de los ataques que cobraron la vida de casi 3,000 personas. Junto a él, Walid bin Attash y Mustafa al-Hawsawi enfrentaban un largo proceso judicial que comenzó con su acusación formal en 2008, y posteriormente en 2012.
El anuncio del acuerdo ha generado diversas reacciones, especialmente entre las familias de las víctimas del 11 de septiembre. Mientras algunos aceptan la cadena perpetua como un cierre necesario, otros consideran que la pena de muerte sería la única justicia adecuada para los responsables de tan atroces actos. Los fiscales presentaron la propuesta de acuerdo el año pasado, lo cual dividió opiniones entre los familiares de las víctimas.
Khalid Sheikh Mohammed ha sido uno de los terroristas más notorios de las últimas décadas. Nacido en Pakistán y educado en Estados Unidos, donde obtuvo un título en ingeniería mecánica, KSM se unió a Al-Qaeda y se convirtió en uno de sus principales estrategas. Además de los ataques del 11 de septiembre, ha sido implicado en otros atentados significativos, como el bombardeo del World Trade Center en 1993 y el complot Bojinka, que pretendía derribar aviones estadounidenses sobre el Pacífico.
El proceso judicial de KSM y sus coacusados ha sido prolongado y complicado, marcado por numerosos retrasos y controversias legales. Hasta la fecha, no han sido condenados formalmente. Su caso sigue siendo un símbolo de las complejidades legales y éticas en la lucha contra el terrorismo, y ha generado un extenso debate sobre la efectividad y moralidad de las técnicas de interrogatorio utilizadas durante su detención.
Con este acuerdo de culpabilidad, se espera que el caso avance hacia una resolución definitiva, proporcionando un sentido de justicia a las familias afectadas por los ataques del 11 de septiembre de 2001.
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