La diseñadora española Agatha Ruiz de la Prada derrochó este viernes colorismo y positivismo sobre la pasarela de la primera edición de la ‘Quito Fashion Week’, con un desfile repleto de personalidad, alegría y seguridad femenina que no dejó indiferente a nadie.
De la Prada fue la encargada de cerrar la primera noche de desfiles de la ‘Quito Fashion Week’, una cita que busca posicionarse en el escenario mundial de la moda y que también tiene entre sus invitados internacionales a Custo Dalmau, con su marca Custo Barcelona.
Sin la madrileña presente, pero con su hijo Tristán Ramírez a cargo de llevar hasta Ecuador la esencia de la marca, el desfile de Agatha puso en escena un amplio abanico creaciones, tan variado como inagotable resulta el universo de una diseñadora especialista en reinvertarse sin traicionar sus principios.
Así desfilaron por la pasarela quiteña, a unos 2.800 metros de altitud sobre el nivel del mar, piezas inconfundibles de Agatha como faldas de flores y estrellas móviles, túnicas multicolor con su emblemático corazón, vestidos de cola con lunares, vestidos ceñidos arcoíris o enterizos palabra de honor.
“Es siempre traer la alegría a la pasarela y nos ha hecho mucha ilusión hacerlo por primera vez en Quito, porque es una ciudad maravillosa. Tiene ese mundo de la jungla y de los colores que encaja muy bien con el mundo de Agatha Ruiz de la Prada”, explicó a EFE Tristán Ramírez.
La sesión estelar del primer día de desfiles de la ‘Quito Fashion Week’ la abrió la diseñadora panameña Zunilda Gutiérrez con una colección de vestidos veraniegos y trajes de baño en la que también sobresalieron los colores cálidos con estampados y los cortes caribeños.
Por su parte, el diseñador ecuatoriano Gustavo Moscoso mostró una colección de moda masculina y femenina caracterizada por prensas de corte formal con estilo casual y colores suaves, mientras que la ecuatoriana Stephanie Ruiz apostó por los vestidos sin mangas en tonos rojizos, amarillos, azules y verdes.
De su lado, la ecuatoriana Nina Smith exhibió una serie de capas y túnicas en colores oscuros y claros que rendían homenaje a través de estampados a la figura de la artista mexicana Frida Kahlo.
Previamente sobre la pasarela de Quito habían pasado otros diseñadores como la colombiana Cintia Mosquera, el ítalo-helvético Giovanni Lo Presti, Bleu Cour Denim, Emilio Astudillo, Gigi Bayona y Blesk, de Paula Recalde.
Las prendas se combinaron también con accesorios y joyería de diseñadores locales como la colombiana Diana Ramírez, que desde hace diecisiete años vive frente al mar en la localidad ecuatoriana de Zame, desde donde crea sus joyas y complementos.
“La inspiración mía es el mar, y desde ahí empecé a jugar con las tendencias y piezas”, comentó a EFE Ramírez, quien trabaja con piedras semipreciosas y laminados en oro que también ha exhibido sus creación en Milán (Italia), México y Colombia.
En Quito presentó su línea ‘Il giardino della mia Juanita’ (El jardín de mi Juanita), una colección con la que buscó expresar el sentimiento que tuvo por una hija que ya no se encuentra con ella, que representó con flores y colibrís.
La primera ‘Quito Fashion Week’ se desarrolla del 27 de noviembre al 3 de diciembre en el Club Terravalle, con una serie de exposiciones, conferencias y conversatorios sobre las oportunidades y retos de la moda que transcurren junto a los desfiles.