
¿Tenemos el amor que merecemos o el que podemos pagar?
En un mundo donde las relaciones se miden con algoritmos y el éxito personal se confunde con la fortuna, “Materialists” (nombre original de la cinta) es una mirada honesta al amor que llega para remover las aguas de la comedia romántica y las perspectivas del amor romántico. Después del aclamado debut de la directora Celine Song con “Vidas Pasadas”, esta nueva película protagonizada por Dakota Johnson, Chris Evans y Pedro Pascal no es un simple triángulo amoroso, es un espejo filoso que refleja la cruda verdad de las citas en el siglo XXI, pero también una reflexión al arreglo matrimonial a través de los años, siglos y culturas.
Esta comedia romántica juega con la superficialidad de las relaciones modernas, donde el dinero y el estatus social parecen ser los motores de la atracción y el amor, con sus aspirantes divididos en castas. La trama nos presenta a Lucy, una exitosa y ambiciosa casamentera de Nueva York, que se encuentra atrapada entre dos amores: su ex, un actor en apuros con el que comparte una historia de pasión y dificultades, y su nuevo “partido perfecto”, un millonario encantador que parece tenerlo todo. La película, lejos de idealizar la búsqueda del amor, la disecciona con una ironía y un realismo casi quirúrgico.
El genio de Celine Song reside en su capacidad para tomar un género familiar y llenarlo de matices incómodos pero profundamente honestos. Nos da un acercamiento al amor ahora desde otro ángulo, el presente y lo tangible; manifestando un punto clave que resume la herida del hombre moderno en el mundo capitalista, “aquellos que crecieron sin nada anhelan no el amor sino la seguridad”. No hay villanos ni héroes, solo personas que luchan con sus propias contradicciones, demonios y patrones de conducta. La gran pregunta de la película no es a quién elegirá Lucy, sino qué tipo de amor está dispuesta a aceptar: ¿el que le ofrece una conexión genuina pero inestable, o el que le brinda seguridad y estabilidad, aunque carezca de esa chispa?
Con una fina y trabajada fotografía que aporta gran calidez y sofisticación a la historia y esa estética neoyorquina llena de encuadres simétricos, decorados elegantes y atmósferas urbanas que complementan la narrativa; diálogos memorables, reales y profundos como “no es que no te amara, es que éramos pobres”, y un elenco atractivo, sensual y muy bien armonizado. La actuación de Dakota Johnson es el corazón de la película; su interpretación de Lucy es vulnerable y ambiciosa, haciéndonos cuestionar si sus decisiones son un acto de supervivencia o una traición a sí misma (y que es el mayor debate en redes sociales). Chris Evans y Pedro Pascal, por su parte, dan vida a dos arquetipos que, aunque predecibles, funcionan como los polos opuestos de un dilema universal. El primero representa el amor puro pero caótico, mientras que el segundo simboliza la promesa de una vida sin preocupaciones, un “amor materialista” en toda regla.
Con un gran desarrollo, pero un final que a muchos frustra y a otros tanto deja en paz, “Amores Materialistas” se encuentra en cines y es un precioso filme sobre el precio que estamos dispuestos a pagar por el amor. Una película ligera que quizá no los haga reír tanto, pero por su ingenio, los dejará pensando en sus propias relaciones y contratos amorosos. Es un recordatorio de que, a pesar de todos los recursos, al final, el corazón humano sigue siendo el rompecabezas complejo de resolver. Y ustedes ¿están teniendo rendimientos de sus relaciones?
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