
Un incremento importante en los precios de productos y servicios, así como eventuales riesgos de cierres en micros, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) podrán registrarse con la reducción de la jornada laboral semanal de 48 a 40 horas, estimó el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Héctor Sánchez Morales.
No obstante, se declaró de acuerdo en apoyar todo lo que sea en beneficio de las y los trabajadores como la jornada de 40 horas, mejoras en aguinaldo y vacaciones, aunque sin duda, habrá un impacto por los posibles ajustes económicos y operativos, especialmente para las MiPyMEs.
En Puebla, esas empresas generan alrededor del 83.8 por ciento y representan 99.9 por ciento de los 469 mil 865 establecimientos en la entidad, conforme los más recientes indicadores de los Censos Económicos 2025 del INEGI.
Sánchez Morales observó que las reformas laborales son parte de los temas que permiten equiparar a México con los socios T-MEC, aunque, se dará de forma escalonada y paulatina en el país este proceso.
Diversas empresas de consultoría fiscal, legal y de recursos humanos a las empresas como ESAD, una forma de hacer frente al proceso es su implementación gradual entre 2 y 4 años hasta alcanzar la meta de 40 horas, formalizar el empleo y otorgar incentivos fiscales y subsidios para empresas que contraten personal adicional o inviertan en tecnología.
Asimismo, apoyo a la digitalización vía programas públicos que faciliten el acceso a herramientas de automatización y gestión empresarial, uso de tecnologías para optimizar tareas, aunado a capacitación técnica con inversión en la formación de trabajadores para aumentar la productividad.
Jesús Moscoso y Fernando Rojas, propusieron también como estrategias para suavizar el impacto del cambio fomentar acuerdos personalizados entre empleador y trabajador, priorizando resultados por encima del tiempo presencial y revisión de procesos para optimizar los tiempos y resultados de las actividades que se realizan.
Al final del día, “la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales representa un paso importante hacia la modernización del modelo laboral mexicano. Sin embargo, su implementación requiere sensibilidad, acompañamiento técnico y apoyos concretos para evitar una crisis de empleabilidad o productividad”.