En medio de un ríspido debate entre el bloque oficialista de Morena y las bancadas de oposición del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano (MC), la Cámara de Diputados aprobó la tercera reforma constitucional del Plan C del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para que la Guardia Nacional (GN) pase a formar parte de la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA), con la finalidad de que pueda realizar labores de seguridad y de investigación.
El dictamen fue aprobado en lo general por Morena, PT y Partido Verde Ecologista de México por 362 votos a favor y 133 en contra de la oposición de PAN, PRI y Movimiento Ciudadano.
La oposición en voz del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano señalaron que la reforma constitucional para entregar la Guardia Nacional, una corporación de seguridad pública civil al mando de la Secretaría de la Defensa Nacional, es la renuncia del gobierno de México para hacerse cargo de su responsabilidad constitucional en materia de seguridad pública. Denunciaron que “es la militarización del país”.
La oposición explicó que con esta reforma la Guardia Nacional pierde su carácter civil y se convierte en un cuerpo policial militar, porque con esta enmienda la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública deja de ser excepcional y complementaria para convertirse en una función permanente.
En tanto, el bloque oficialista de Morena, PT y el Partido Verde Ecologista de México, defendieron la iniciativa al asegurar que, al formar parte de la Secretaria de la Defensa, se garantiza una institución con formación, disciplina, control y un orden incuestionable. Es blindar a la Guardia Nacional, fortalecerla perfeccionarla y garantizar su permanencia durante décadas, sin que se pueda corromper como ocurrió en el pasado con la Policía Federal.
Manifestaron su confianza en nuestras Fuerzas Armadas y en el Ejército, ya que son pueblo uniformado, son gente con raíces populares, leales, patriotas y siempre dispuestos a servir a la nación.
Detallaron que, aunque la Guardia Nacional será adscrita a la Sedena, seguirá siendo una fuerza de seguridad pública con carácter civil, lo que significa que, aunque sus elementos recibirán formación y disciplina militar, su tarea principal será la seguridad pública, bajo las leyes y reglamentos civiles, no bajo la lógica de combate o defensa nacional.
El dictamen avalado, determina que la Federación “contará con la Guardia Nacional, fuerza de seguridad pública, profesional, de carácter permanente e integrada por personal de origen militar y marino con formación policial, dependiente de la secretaría del ramo de Defensa Nacional, para ejecutar la Estrategia Nacional de Seguridad Pública en el ámbito de su competencia”.
Indica que el Ministerio Público y las instituciones policiales de los tres órdenes de gobierno, incluida la Guardia Nacional, deberán coordinarse entre sí para cumplir con los fines de la seguridad pública y conformarán el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Añade que las instituciones de seguridad pública serán disciplinadas, profesionales y de carácter civil, y que corresponde a la secretaría del ramo de Seguridad Pública formular la Estrategia Nacional de Seguridad Pública y los programas, políticas y acciones respectivos.
Precisa que la investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público, a las policías y a la Guardia Nacional, en el ámbito de su competencia, las cuales actuarán bajo la conducción y mando de aquél en el ejercicio de esta función.