
En plena era de la música digital, ahora al alcance de un clic en distintas plataformas, lo analógico sigue sonando fuerte y los discos llegan a convertirse en piezas de coleccionismo, incluso de arte, como los que promueve el sello Analogik Dreams, un proyecto singular y experimental que graba el audio sobre arcilla.
La arqueología del sonido, que se dedica a investigar, reconstruir y comprender el paisaje sonoro y los usos del sonido en épocas históricas y prehistóricas, inspira esta iniciativa que Sinsalaudio, que cuenta con la financiación del Ministerio de Cultura.
La idea de llevar la música a “discos reproducibles de cerámica”, apunta a EFE el guionista vigués Álex Cancelo, surgió en el festival Sinsal, que se celebra anualmente en la isla de San Simón y ofrece música de vanguardia a la que el público se entrega sin conocer el cartel cuando llega al archipiélago.
Allí, “en los tiempos libres”, junto al musicólogo Aleksander Kolkowski y la ceramista y fotógrafa Olalla Lojo, comenzaron a dar forma a una iniciativa que se ha convertido en un incipiente sello musical, un proyecto que se hornea en una residencia artística con grabaciones en directo hasta finales de mes en Vigo.
Para crear música en cerámica, explica Cancelo a EFE, harán discos dobles, uno de arcilla y otro de vinilo. “Tenemos que hacer varias repeticiones al grabar cada disco, porque no es que hagamos un máster y de ese máster saquemos diferentes discos, sino que cada disco es único en todos los sentidos”, relata.
Los proyectos musicales de Clo Plas, Os Lindes y Carme López serán convertidos en arte. Tres cajas numeradas que Analogik Dreams ensamblará, cada una con dos discos. Un sello “hecho a mano”, en el sentido más literal.
En esta primera hornada cerámica, en la que han recibido la visita de EFE, todavía estaban intentando conseguir dar con la técnica para poder trasladar de manera óptima el sonido a la arcilla.
Kolkowski, al que le gusta experimentar con diferentes materiales, lleva años intentándolo. En otras ocasiones, el producto final era artístico, pero no daba calidad musical. Esta vez ya han logrado que se pueda escuchar algo de música. Su “sueño” está más cerca y confía en hacerlo realidad.
Para ello deben dar con la cantidad apropiada de terra sigillata (tierra con sellos/marcas) que va en la superficie del disco. Fue la técnica en la que pensó Olalla Lojo. Ella explica a EFE que la “popularizaron los romanos” y que no es más que una arcilla decantada.
Se separan las partículas gruesas de las finas y se quedan con una sustancia más fluida, con pocas impurezas por el medio. Esa capa superficial es donde después se hace la grabación de los surcos. Más tarde, se cuece a 980 grados en el horno y, finalmente, se reproduce con la aguja del tocadiscos.
En ese aparato suena también el material, la arcilla. El ruido que mete también atrae a Kolkowski. En el estudio muestra a EFE el torno de grabación para el vinilo y el específico para la cerámica, ambos con muchos años encima.
En el vinilo se tiene que calentar la aguja, se retira la viruta con una bomba de succión, se calientan los discos y luego se graba el surco en directo. Para la cerámica usa en un aparato aun más viejo, de los años 40, y el material exige aun más precisión manual.
Tienen que regular todas las distancias del surco, la profundidad, el ángulo… La tarea es muy artesanal, pero es el camino que debe llevarles a producir discos de cerámica en los que la aguja logre tener “un seguimiento, el ‘tracking'”.
Los discos de este nuevo sello serán “objetos híbridos”, como señala Kolkowski: decorativo, artístico y, a la vez, musical. “Para mí puede ser mágico”, confiesa el musicólogo, que defiende que lo analógico “no se ha muerto” e incluso “ahora es más fuerte que en los años 90 y genera muchísimo interés”.
La intención, apunta Cancelo, es que dentro de unos meses organicen “una escucha colectiva de todo lo grabado” y, posteriormente, lo saquen a la venta a través de este nuevo sello musical.