Juan Rulfo nació el 16 de mayo de 1917 en Jalisco, México. La tragedia temprana marcó su vida: su padre fue asesinado cuando Rulfo solo tenía seis años, y poco después su madre también falleció. Fue entonces cuando el joven Juan se vio obligado a vivir con familiares en diferentes lugares, incluido un internado.
A pesar de las adversidades, Rulfo encontró consuelo y propósito en la lectura y la escritura. A lo largo de su vida, sus historias fueron un reflejo de las realidades más duras de México. La Guerra Cristera y los eventos de su niñez influyeron profundamente en su obra.
Las obras más conocidas de Rulfo son El llano en llamas (1953), Pedro Páramo (1955) y El gallo de oro (1980). Cada uno de estos trabajos profundiza en los temas de la muerte, el destino, y la identidad, pero es Pedro Páramo la que se considera su obra maestra. En este libro, Rulfo crea un mundo de fantasmas, tanto literales como metafóricos, donde la memoria y la realidad se entrelazan de manera insólita.
La crítica ha señalado que la innovación literaria de Rulfo fue esencial para dar forma a la literatura contemporánea, no solo mexicana, sino mundial. Pedro Páramo es un claro antecedente del realismo mágico que más tarde popularizaría Gabriel García Márquez. Además, sus cuentos cortos, reunidos en El llano en llamas, exploran la vida rural mexicana de una forma visceral y conmovedora.
En 1985, a los 68 años, Rulfo recibió un diagnóstico devastador: cáncer de pulmón. Este diagnóstico probablemente estuvo relacionado con su adicción al cigarro, un hábito que Rulfo había cultivado a lo largo de su vida. El escritor fue diagnosticado en 1985, pero la enfermedad avanzó rápidamente.
El 7 de enero de 1986, Juan Rulfo falleció en su departamento en la colonia Guadalupe Inn de la Ciudad de México. Su muerte fue una gran pérdida para la literatura, pero también significó el final de una era literaria, pues Rulfo, tras la muerte de su tío Celerino en 1974, había dejado de escribir.
La muerte de Rulfo dejó una huella profunda en la comunidad literaria y en todo México. Escritores y figuras públicas lamentaron la partida de uno de los más grandes genios de la literatura contemporánea. El escritor Juan José Arreola, amigo cercano de Rulfo, expresó: «No creo en las letras universales, creo en las letras de Sayula; su obra es la más notable realización del impulso de un pueblo». Esta frase refleja el sentimiento común entre quienes admiraron la capacidad de Rulfo para capturar la esencia de la cultura mexicana.
Al día siguiente de su muerte, el presidente Miguel de la Madrid encabezó un homenaje en el Palacio de Bellas Artes, donde se rindió tributo a su vida y su legado literario.
La reciente adaptación cinematográfica de Pedro Páramo dirigida por Rodrigo Prieto es solo una de las formas en que el legado de Rulfo sigue presente en la cultura popular. A pesar de que Rulfo dejó de escribir en 1980, su obra sigue siendo objeto de estudio y admiración en todo el mundo. La versión cinematográfica de Pedro Páramo ha renovado el interés por esta obra icónica y ha abierto nuevas conversaciones sobre su simbolismo y su impacto en la cultura contemporánea.
Rulfo, aunque poco prolífico como escritor, dejó un mundo literario tan rico y profundo que sigue siendo explorado en adaptaciones, ensayos y estudios literarios. La reciente incorporación de Pedro Páramo en el catálogo de Netflix es solo una muestra más de su relevancia en la actualidad.
La muerte de Juan Rulfo marcó el fin de una era en la literatura mexicana, pero su legado sigue vivo en cada página escrita, en cada adaptación de sus obras y en la memoria colectiva de aquellos que lo admiraron. Su vida y obra son un testimonio de la capacidad del ser humano para transformar el dolor en arte, y su influencia sigue vigente en la literatura, el cine y las artes en general.
Crédito: La Verdad Noticias