Australia tendrá temporadas más largas de incendios forestales, una fuerte subida del nivel del mar, y registrará una mayor acidez en los océanos debido al incremento de las temperaturas causado por la crisis climática, según un informe oficial publicado este jueves.
El Informe sobre el Estado del Clima 2024, elaborado conjuntamente por la agencia científica gubernamental CSIRO (siglas en inglés) y la Oficina de Meteorología de Australia, reveló que la temperatura media en Australia aumentó en alrededor de 1,5 grados Celcius desde que el país oceánico comenzó su registro en 1910.
“Este calentamiento ha provocado un aumento de los incendios extremos y temporadas de incendios más largas en gran parte del país”, remarcó el director de Servicios Climáticos de la Oficina de Meteorología, Karl Braganza, en un comunicado publicado hoy.
La investigación advierte que 2023 será el año más caluroso del planeta, un récord desalentador considerando que en Australia ocho de los nueve años más cálidos que se han registrado en el país oceánico se han producido desde 2013. Mientras que en los últimos años se han registrado enormes incendios.
Entre finales de 2019 y principios de 2020 se produjo uno de los peores incendios forestales recientes, conocido como el “Verano negro”, cuando las llamas devastaron el sureste del país. Los fuegos provocaron la muerte de 33 personas, afectaron a unos 3.000 millones de animales, calcinó unas 3.000 viviendas y quemó unas 180.000 kilómetros cuadrados de terreno.
La temporada de incendios en Australia, uno de los países más vulnerables a la crisis climática, varía según la zona y las condiciones meteorológicas, aunque generalmente se registran en el verano austral, entre los meses de diciembre y marzo.
La investigación también señala que el incremento de la temperatura de la superficie marina, que se calcula en una media de 1,08 grados Celcius desde 1900, contribuyó a que se produzcan eventos de calor extremo más largos y frecuentes.
Asimismo, el incremento del dióxido de carbono en la atmósfera, uno de los principales causantes del calentamiento del planeta, ha desencadenado una mayor acidez en los océanos, especialmente en el sur y el norte australiano.
Esto “ha tenido importantes repercusiones en los hábitats marinos, las especies y la salud de los ecosistemas”, señaló la directora de investigación del CSIRO, Jaci Brown, en un comunicado del ente científico oficial.
Una de estas grandes víctimas es la Gran Barrera de Arrecifes, situado al noreste de Australia y el mayor sistema coralino del mundo, que ha sufrido blanqueos masivos de corales en 1998, 2002, 2016, 2017, 2020, 2022 y 2024, por el calentamiento de las aguas marinas a raíz de la crisis climática.
Además, la subida nivel del mar en Australia -de unos 22 centímetros en todo el mundo desde principios del siglo XX- ha aumentado el riesgo de inundaciones y daños a las infraestructuras y comunidades costeras, de acuerdo a este octavo informe bianual.
Australia, uno de los mayores contaminantes del planeta si se tienen en cuenta sus exportaciones de combustibles fósiles, se ha comprometido a reducir sus emisiones de CO2 para 2030, con respecto a los niveles del 2005, en un 43 % y alcanzar las emisiones neutras en 2050 para limitar el calentamiento del planeta en 1,5 grados en línea con el acuerdo de París.