El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, se mostró este domingo preocupado tras el derrocamiento del presidente sirio, Bachar al Asad, luego de la entrada insurgente en Damasco y pidió “seguridad” para las embajadas en el país árabe.
El Gobierno de Cuba, uno de los escasos aliados de Siria en el hemisferio occidental, emitió con este mensaje en redes sociales su primer posicionamiento sobre el avance de la coalición islamista que ha tomado el control del país y el inicio de una incierta transición.
“Nos preocupan los acontecimientos ocurridos en esta nación. Llamamos a preservar la soberanía, la integridad territorial y la independencia de Siria”, escribió Díaz-Canel, que abogó asimismo por respetar “la seguridad de las misiones diplomáticas radicadas allí”.
El mensaje de Díaz-Canel no cita a Asad ni recuerda que La Habana había defendido al presidente sirio y a su sistema de gobierno de forma inequívoca en el pasado.
Apenas hace cuatro días el canciller cubano, Bruno Rodríguez, subrayó la “necesidad de preservar la soberanía e integridad territorial” de Siria ante el avance insurgente en una conversación telefónica con su entonces homólogo sirio, Bassam Sabbagh.
“Reiteré el apoyo y la solidaridad de Cuba al pueblo y Gobierno sirios, frente a los ataques de grupos terroristas contra varias ciudades del país y la necesidad de preservar la soberanía e integridad territorial de esa hermana nación”, escribió entonces el canciller cubano.
El colapso del Gobierno de Al Asad a manos de insurgentes liderados por el Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS, en árabe), que tomaron Damasco tras 12 días de ofensiva sin casi resistencia, preocupa a la comunidad internacional por sus repercusiones sobre el país y su población.
Estados Unidos y otros países occidentales han celebrado la caída de Al Asad, aunque Washington alertó del riesgo del resurgimiento del Estado Islámico en un momento alta tensión en Oriente Medio, especialmente a raíz de las ofensivas de Israel en Palestina y Líbano.
Por su lado, Rusia ha pedido una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar la situación en Siria, así como el papel actual de la Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación (UNDOF) desplegada en los Altos del Golán sirios desde 1974.
Tras la caída de Al Asad, el Ejército de Israel anunció el despliegue de tropas dentro del área desmilitarizada en los ocupados Altos del Golán, territorio sirio, así como “en otros lugares necesarios para su seguridad” indicando, ante la desconfianza de Moscú, que así protegería a la población y ayudaría a la ONU.