Entender cómo se lleva a cabo el diálogo materno fetal, que ocurre desde el proceso de implantación del embrión, podría ayudar en un futuro a abordar enfermedades autoinmunes como el cáncer, aseguró este sábado a EFE el investigador chileno Elard Koch, en su más reciente visita a México.
“Este conocimiento ayuda mucho a poder actuar sobre el sistema inmunológico, cómo actúa el embrión ya nos enseña qué es lo que podemos hacer para transformar un sistema inmunológico”, dijo el científico a EFE.
Señaló que cuando llega el embrión al cuerpo de la mujer, las células conocidas como ‘natural killers’ o ‘asesinos naturales’ se transforman en protectores, es decir, modifican la realidad y modifican el sistema inmunológico de la madre para que no lo destruya y lo proteja “esto es lo que nosotros llamamos diálogo molecular o intercambio de señales”.
En entrevista, Koch, quien visitó México para reunirse con académicos y presentarles los hallazgos de su investigación, explicó que el diálogo molecular se caracteriza por un intercambio biológico de proteínas, vesículas extracelulares y microRNAs que subyace a procesos tan críticos como el viaje del embrión hacia el útero, la implantación, la formación de la placenta, la organogénesis, el desarrollo fetal e incluso el momento del parto.
Relató que desde hace una década él y su grupo de investigadores se han dedicado a explorar el proceso del embarazo con el objetivo de identificar en qué momento empieza la conexión entre un bebé y su madre.
Usando la técnica conocida como espectrometría de masa, el grupo de investigadores, liderado por Koch, estudiaron las proteínas que se expresan en el ADN y hallaron que justo después de la fecundación el embrión humano comienza a modificar la realidad que le rodea.
“Hay varias hipótesis una de ellas está relacionada con el sistema inmunológico, porque el sistema inmunológico lo que hace es destruir lo ajeno y defender lo propio, el embrión es ajeno a la mamá, porque es un cuerpo extraño, pero el sistema inmunológico no lo destruye”, apuntó.
El objetivo de esta investigación, dijo el científico, es “entender mejor la vida humana en su origen” y cómo este embrión hace un trabajo para que el sistema inmunológico de la madre lo proteja.
Mauricio Hernández, director de laboratorio del centro de investigación y biotecnología MELISA Institute, explicó que la institución ha desarrollado una plataforma de investigación in vivo con el que buscan ayudar a descifrar el proteoma que caracteriza la ventana pre-implantatoria.
Desde una cohorte preconcepcional, recolectaron y almacenaron muestras biológicas durante todo el ciclo fértil de mujeres que buscaban quedar embarazadas.
En estas muestras, a través de la integración de diversas tecnologías como la espectrometría de masas y la inteligencia artificial, buscaron develar el proteoma que distingue unívocamente a los ciclos con presencia de un embrión de aquellos ciclos sin un embrión.
“Nosotros ya estamos viendo interacciones, por ejemplo cómo rueda el embrión y va bajando, son proteínas que serían igual que un velcro, que se unen y se sueltan, y así siguen hasta pasar por la trompa Falopio, llegar al endometrio, a su punto de implantación y esa interacciones nosotros ya la estamos viendo en el día 3 o 4 de la concepción”, explicó.
También, dijo, encontraron interacciones donde el embrión recibe mucha información de la madre y esta remodela toda la estructura del entorno para recibir la implantación, lo que, desde su punto de vista, es una forma de comunicación entre ambos.
Los investigadores explicaron que estas investigaciones ayudarán a conocer mejor la respuesta inmunológica de la madre hacia el embrión y consideran que en un futuro este tipo de interacciones ayudarán en otras áreas como enfermedades autoinmunes o el cáncer.