Recientemente, el Club América venció al Columbus Crew de la Major League Soccer, para proclamarse como campeón de la Campeones Cup, trofeo que fue duramente criticado por los aficionados y el mundo del futbol al ser un partido “innecesario” en medio del Torneo regular.
En ese sentido, el ex presidente del América del 99’ al 2004, Javier Pérez Teuffer, platicó en exclusiva para En Línea Deportiva con Pepe Hanan, donde señaló que durante su gestión, el conjunto de Coapa se paraba a ganar cualquier partido y torneo que esté jugando y al que se le invite, independientemente de las condiciones en las que se encuentre el equipo, haciendo referencia al Campeones Cup.
“(Yo les decía) Somos el América y cuando nos paramos en una cancha es a ganar. No nos paramos en una cancha para echar relajo, somos une quipo profesional y como estemos y donde estemos los tenemos que ganar, si aceptamos es para ganar”.
Por otra parte, Pérez Teuffer habló sobre la actualidad del futbol mexicano y confirmó que “gracias a una serie de directivos más interesados en una serie de corrupción y de dinero” se subió el número de extranjeros permitidos en el terreno de juego por cada equipo, cortando así la producción de jugadores mexicanos en Fuerzas Básicas y las alternativas para la Selección Mexicana.
Señaló que en su momento, se fijaban en traer regularmente a un medio creativo, contención o delanteros, sin embargo, cuando se aumentó el número de extranjeros permitidos, fue cuando a las directivas poco les importó las áreas específicas a reforzar en cada equipo y se convirtió en negocio redondo tanto para los representantes como para los altos mandos.
“(Te lo digo con conocimiento de causa) Juegas con nueve extranjeros en la cancha y a los que bloqueas es a los mexicanos y eso no es más que una medida que lo único que generó fue corrupción, porque compran un jugador por 300 mil dólares y se los encajan a los a los equipos en 3-4 mdd. y esa diferencia se la ganan los directivos y eso daña a al futbol”.
Como mandamás del América, Pérez Teuffer entregó el título de liga del Verano 2002, la Copa Gigantes de la CONCACAF y el fichaje de Iván Zamorano, uno de los refuerzos recordado con más cariño en la historia del americanismo.