La geología se dedica a estudiar la composición y estructura del planeta Tierra, tanto en su interior como en su superficie. Esta disciplina abarca el análisis de rocas, minerales y su distribución, así como los procesos que han dado forma a la Tierra a lo largo del tiempo. A través de diversas técnicas y metodologías, los geólogos buscan entender cómo las fuerzas naturales, como la tectónica de placas, la erosión y el vulcanismo, han influido en la formación de paisajes y ecosistemas, proporcionando una visión integral de nuestro planeta.
Recientemente, un descubrimiento geológico ha revelado grandes secretos de la Tierra que datan de la época de los dinosaurios. Este hallazgo, basado en estudios de antiguas placas marinas y su relación con la estructura del manto terrestre, ofrece nuevas perspectivas sobre los procesos que han moldeado el planeta a lo largo de millones de años. Los investigadores han podido identificar características geológicas que no solo iluminan el pasado remoto de la Tierra, sino que también brindan pistas sobre cómo esos procesos antiguos continúan afectando la dinámica actual del planeta.
Un reciente estudio científico ha revelado un descubrimiento fascinante: un antiguo fondo marino que existió cuando los primeros dinosaurios habitaban la Tierra ha permanecido atrapado en el manto terrestre durante más de 120 millones de años. Este hallazgo, basado en un análisis sísmico profundo, permitió a los geólogos observar cómo esta antigua placa marina se hundió en el Océano Pacífico y permanece suspendida a profundidades que oscilan entre 410 y 660 kilómetros bajo la superficie.
Este descubrimiento no solo ofrece una nueva perspectiva sobre los procesos que tienen lugar en las capas más profundas del planeta, sino que también ayuda a explicar la presencia de una brecha misteriosa entre dos secciones de la conocida gran provincia de baja velocidad de corte del Pacífico (LLSVP).
Los científicos, en un artículo publicado en línea el 27 de septiembre en Science Advances, señalan que este manto, que cubre vastas áreas bajo el océano, contiene diversas anomalías geológicas internas y ha sido objeto de estudio durante décadas.
“Desde hace tiempo se ha sugerido que el manto inferior de la Tierra está dominado por dos grandes regiones de bajas velocidades de corte y alta densidad, ubicadas bajo el Pacífico y el Indoatlántico. Estas megaestructuras, denominadas grandes provincias de baja velocidad de corte, se interpretan como reservorios de material primitivo o de litosfera oceánica subducida”, enfatizaron los investigadores en su estudio.
LA IMPORTANCIA DEL DESCUBRIMIENTO
El descubrimiento de esta antigua placa en el manto y su relación con la LLSVP tiene importantes implicaciones para entender los procesos tectónicos y geodinámicos de la Tierra.
Los investigadores afirman que la viscosidad de la región del manto donde se encuentra esta placa y su grosor podrían explicar el tiempo que ha tardado en hundirse por completo. Los estudios geodinámicos sugieren que las interacciones entre las losas subducidas y el material del manto profundo han influido en la formación de estas megaestructuras, contribuyendo a su estabilidad a lo largo de millones de años. Además, esta investigación ofrece una nueva perspectiva sobre cómo los procesos profundos en el manto terrestre pueden estar conectados con eventos superficiales como la subducción. Como señala Wang, “nuestros hallazgos ayudan a vincular la historia tectónica de las placas de los últimos 250 millones de años con las estructuras actuales del manto, proporcionando pistas sobre el complejo pasado geológico de la Tierra”. Este tipo de descubrimientos permite a los científicos reconstruir la historia del planeta y comprender mejor los fenómenos que han dado forma a su superficie actual. El hallazgo de un antiguo fondo marino atrapado en el manto terrestre bajo el Océano Pacífico ofrece una nueva visión sobre los misterios que se ocultan en las profundidades de la Tierra. Este descubrimiento no solo ilumina la compleja estructura interna de la LLSVP del Pacífico, sino que también ofrece una oportunidad para comprender mejor los procesos tectónicos que han moldeado el planeta durante millones de años.
Crédito: El Heraldo de México