En las semanas previas a la renuncia de Biden el triunfo de Donald Trump era un mero trámite, sobre todo después del atentado que sufrió y del que salió ileso con una fotografía que lo colocaba en el estatus de héroe nacional.
Las presiones sobre el presidente Biden no se hicieron esperar hasta que el 21 de julio decidió renunciar a la candidatura, lo que cambió por completo las coordenadas de esas elecciones. A partir de ese momento ya nadie habló del atentado de Trump y los reflectores se dirigieron a la emergente figura de Kamala Harris.
Las primeras declaraciones de la vicepresidenta fueron por demás acertadas al colocar a Trump en el estatus de “depredador”, lo que técnicamente significa que consiguió definir a su adversario antes de que éste la definiera a ella. Al colgarle esa etiqueta consiguió una victoria simbólica que las encuestas han comenzado a verificar.
Antes del 21 de julio el indicador a nivel nacional en la “encuesta de encuestas” del sitio www.realclearpolitics.com le daba una ventaja de +3 puntos a Donald Trump. En ese mismo indicador del 13 de agosto, la ventaja ahora es favorable a Kamala Harris +0.9 puntos.
Recordemos que en el sistema electoral norteamericano lo que los electores eligen es a los delegados que representarán a su estado en el Colegio Electoral, y será ese Colegio el que elegirá al próximo Presidente de los Estados Unidos. La regla en casi todos los estados dice que el partido que gane la mayoría de los votos se lleva la totalidad de los delegados asignados de dicho estado. Entonces, la lucha no es por conseguir más votos a nivel nacional, sino más estados que den mayoría de delegados al Colegio Electoral.
Ha habido elecciones como la de Donald Trump en 2016 o la de George Bush Jr. en el 2000, en las que el candidato que ganó la Presidencia obtuvo menos votos a nivel nacional pero la mayoría de los delegados en el Colegio Electoral.
En cada elección hay ciertos estados que definirán al ganador, ya que son estados que otorgan una cantidad significativa de delegados y donde no hay un partido dominante. En estas elecciones del 2024, los expertos señalan que serán 7 los estados donde se centrará la competencia: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin.
Cuando el candidato demócrata era Joe Biden las elecciones en esos 7 estados las ganaba Donald Trump, ahora el republicano gana 5 y la demócrata gana 2. Aunque la nota más importante no es cuantos estados van ganando uno u otro, sino la tendencia en las preferencias, ya que en todos esos estados Donald Trump ha perdido valiosos puntos, mientras que Kamala Harris ha crecido.
Veamos como estaban las preferencias a mediados de julio y como están al final de la primera semana de agosto:
Arizona, el dato de referencia era Trump +2.8, ahora es +0.8 puntos.
Georgia, Trump ganaba +3.8 ahora solo gana +0.6 puntos.
Michigan, le daba el triunfo a Trump +2.1, ahora lo gana Harris +2.4 puntos.
Nevada, lo ganaba Trump +4.0, ahora la diferencia es +3.5 puntos a favor de Trump.
Carolina del Norte, era de Trump +5.4, ahora lo gana por +2.4 puntos.
Pensilvania, ganaba Trump +4.5, ahora la ventaja se redujo a +0.2 puntos. Lo que es un empate para efectos prácticos.
Wisconsin, Trump ganaba +2.9, ahora lo gana Harris +1.2 puntos.
Si la campaña de Kamala Harris logra conservar la misma tendencia creciente, en poco tiempo tomará la delantera en la competencia por la Presidencia de los Estados Unidos. Prometo mantenerlos al tanto.
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Foto: EFE