Eran los últimos días de diciembre. Las temperaturas invernales eran muy bajas y heladas. A veces, la nieve caía, pero la gente soportaba ese dolor paralizante. Las colas en la vereda de los cines eran bastante largas; la gente, portando abrigos, bufandas e incluso guantes, esperaba para entrar a la función. Una multitud se extendía por varios metros a lo largo de los cines.
No obstante, a pesar de toda esa espera, una vez comenzada la película, algunos la abandonaban a mitad de la función. No podían resistir. Salían pálidos y temblando, apenas lograban llegar al baño. Muchos no lo conseguían; ni siquiera podían ponerse de pie. Ese fenómeno, pocas veces visto, se produjo hace cincuenta años con la llegada a las salas de “El Exorcista”, la película dirigida por William Friedkin.
Apenas se estrenó, muchos sostuvieron que se trataba de la película más terrorífica de todos los tiempos. Se produjo una ola de pánico masivo y sugestión colectiva que convertía cada función en un espectáculo en sí mismo. Pese a la excelencia y al impacto de la película, las buenas críticas y, poco después, las nominaciones en los Globos de Oro y los Oscars le valieron el título de mejor película de horror.
Desde su estreno, “El Exorcista” es considerada una película maldita, al igual que “El bebé de Rosemary” o “Poltergeist”. Existen varios mitos y leyendas al respecto. A casi 51 años de su estreno, el film continúa dando de qué hablar. ¿Por qué?
La cinta de “El Exorcista”, dirigida por el fallecido William Friedkin, es un clásico del cine de terror. Aquí se nos cuenta la historia de Regan MacNeil (Linda Blair), una joven poseída por el demonio (Pazuzu), quien es sometida a un exorcismo por el padre Damien Karras (Jason Miller) y el padre Lankester Merrin (Max von Sydow), luego de que su madre, Chris MacNeil (Ellen Burstyn), los llamara.
A medio siglo de su estreno, la película continúa generando gran polémica al asegurar que su maldición la ha perseguido a lo largo de varias generaciones, y todo comenzó desde su filmación con los siguientes sucesos:
El inicio del rodaje se tuvo que retrasar debido a que un incendio destruyó prácticamente todo el set. Solo se salvó una área: la que iba a ser la habitación que ocuparía el personaje de Chris MacNeil.
El director utilizó métodos poco ortodoxos con los actores; se dice que William Friedkin golpeaba e intimidaba a sus actores para obtener las expresiones que él buscaba. Uno de ellos fue el actor que interpretaba al sacerdote Damien Karras, quien recibió una serie de bofetadas.
La escena en la que el demonio abandona el cuerpo de Regan se grabó con el apoyo de varios ruidos, entre ellos los sonidos de cerdos chillando en el matadero.
Hubo muertos, tanto dentro como fuera de la pantalla. En “El Exorcista” hubo algunas muertes. Los actores Jack MacGowran y Vasiliki Maliaros murieron cuando la película todavía se encontraba en posproducción. Al saber que sus personajes morían también en el filme, esa coincidencia hizo la película aún más aterradora.
Se conoce que otros siete miembros del equipo murieron antes de que la película fuera estrenada. De acuerdo con reportes en internet, algunas de las causas de esas muertes nunca fueron muy claras.
Diferencias y coincidencias: algunas referencias supuestamente satánicas aparecieron en la posproducción de la película, que se realizó en el número 666 de la Quinta Avenida de Nueva York. La noche del estreno en Roma, el cine estaba muy cerca de algunas iglesias del siglo XVI con cruces gigantescas. Durante la proyección de la cinta, comenzó una tormenta torrencial, y justo antes de comenzar, se percibió un sonido en el cine. Al salir, la gente se percató de que una de las cruces de la iglesia se había partido en dos tras el trueno.
Crédito: Quinto Poder