El Ministerio de Cultura francés ha emitido una orden para prevenir que salga del país un juego de pistolas que pertenecieron a Napoleón Bonaparte -y con las que pensó en suicidarse al perder su imperio en 1814- que iba a ser subastado este domingo.
“Se deniega el certificado de exportación solicitado para un cofre que contiene un par de pistolas de chispa y sus accesorios, obra de Louis-Marin Gosset de principios del siglo XIX, regalo de Napoleón I al general Caulaincour”, indica una orden emitida el 3 de julio pasado por el Ministerio de Cultura y publicada este sábado en el Boletín Oficial.
La decisión se apoya, según el texto, tanto en la “prestigiosa procedencia” de estos objetos, que son muestra del “virtuosismo y la inventiva” del armero Gosset, como “por su vínculo con un episodio significativo de la vida de Napoleón I en Fontainebleau”, que tiene “una gran importancia para la historia de Francia”.
El destino de pistolas, según el Ministerio de Cultura, debería ser el de unirse a las colecciones nacionales y, en concreto, al sable que también regaló al mismo tiempo Napoleón al general Caulaincourt, duque de Vicence (Vicenza, en la Italia actual), tras ser depuesto.
El rechazo de la concesión del certificado de exportación abre un plazo de 30 meses en el que las autoridades francesas podrían hacer una oferta a los propietarios de la obra, que no tienen la obligación de aceptarla directamente, y si el Estado desiste de la adquisición, las pistolas podrán salir del país.
El lote para la venta de este domingo en Fontainebleau, dentro de dos jornadas de subastas organizadas por las casas Osenat y Rossini (especializadas en la era napoleónica), incluye las dos pistolas labradas, junto con sus accesorios y su cofre, ricamente adornado.
El precio de venta del conjunto, que está elaborado con materiales como raíz de nogal, ébano, terciopelo verde o perlas, se calcula entre 1,2 y 1,5 millones de euros.