Una de las esculturas más imponentes de Ramsés II ha sido completada después de casi 100 años de trabajos y expediciones. En una última misión conjunta de arqueólogos de Egipto y Estados Unidos, se descubrió la parte superior de la imagen, confirmada por el Ministerio de Turismo y Antigüedades del país mediterráneo.
El bloque recién encontrado tiene aproximadamente 3.8 metros de altura y se encuentra en buenas condiciones, según los propios arqueólogos. El rostro del faraón presenta meticulosos detalles, como una doble corona y un tocado con una cobra real. En la columna de la escultura se encuentran jeroglíficos que enaltecen a Ramsés II.
La primera parte de la escultura fue descubierta en 1930 por el arqueólogo alemán Gunther Roeder. Cuando se unen ambos fragmentos, se obtiene una estructura de siete metros de altura fabricada con piedra caliza. Este material se caracteriza por tener colores que van desde el rojo, marrón, beige y blanco, debido a la composición de minerales como el carbonato de calcio, arcilla y arena.
Aún no se han unido las dos partes para reconstruir el trabajo original de los antiguos escultores egipcios. Los trabajos arqueológicos actualmente se centran en la limpieza del rostro de Ramsés II. Posteriormente, se iniciará el proceso de digitalización, combinando las secciones de 1930 y 2024 a través de computadoras, para ofrecer una aproximación de cómo lucía originalmente, sin comprometer la integridad de los registros históricos.
Ambas esculturas fueron encontradas en la ciudad de El Ashmunein, en la orilla occidental del río Nilo. En el antiguo Egipto, era conocida como Khemmu que significa la Ciudad de los Ocho y durante la cultura grecorromana fue la capital de Hermópolis Magna. Según los arqueólogos a cargo, la imagen gigante indicaba la localización de un centro religioso, con un templo donde se rendía culto al faraón.
“Aunque no hemos encontrado el complejo que buscábamos inicialmente, una estatua de tal importancia es una señal de que estamos excavando en el lugar correcto”, aseguró Adel Okasha, un funcionario de antigüedades que supervisó la excavación.
Un grupo de matemáticos recreó una forma básica de esfinge a partir de un trozo de arcilla y una corriente de agua. Para ellos, la escultura egipcia podría ser un yardang.
Ramsés II fue uno de los reyes más influyentes del antiguo Egipto. Gobernó como faraón durante la dinastía número 19, entre 1279 y 1213 a. C. Durante su mandato, se erigieron monumentos de gran importancia, como el templo de Abu Simbel en el sur del país, se llevaron a cabo campañas militares que consolidaron el poder del imperio en la región, se promovió el arte y la cultura, y se firmaron tratados de paz.
Conocido también como Ramsés el Grande, el faraón se aseguró de difundir su imagen por todo el territorio que dominaba a través de esculturas gigantes y templos en su honor. Los egiptólogos consideran que fue una de las campañas de propaganda e influencia política más exitosas de la antigüedad. La escultura descubierta en Hermópolis Magna no es la más grande en honor a Ramsés el Grande. Se ha encontrado una en Menfis que mide hasta 11 metros de largo y fue hallada oculta boca abajo, en casi perfecto estado.
Crédito: Wired en español