
La cineasta polaca Agnieszka Holland recibió este martes la medalla de la Cineteca Nacional de México tras casi 50 años de carrera con la que ha defendido los derechos y la dignidad del ser humano en diversos contextos atravesados por la migración, y en todos ellos se pregunta: “¿Cuál es nuestro valor como personas?”.
“El pasaporte se volvió más importante que la identidad humana. Quién eres o cuál es tu valor ya no importa”, responde a EFE la productora de 76 años.
Los migrantes han sido históricamente “humillados”, postula Holland, porque se les “ha negado su humanidad y valor legal”.
Y, con la mirada ahogada en preocupación, se cuestiona: “¿Qué es lo que realmente se puede obtener de esta humillación?”
‘Green Border’ (2023), ganadora del Premio Especial del Jurado del Festival de Venecia, es su último largometraje e intento por reaccionar a esa realidad, y lo hace narrando la crisis migratoria en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, una situación que “no ha mejorado”.
“La desigualdad crece a una velocidad que ya es imposible de controlar. Todos quieren controlarla. Los gobiernos, los países, incluso la gente tiene miedo de perder su comodidad”, explica la directora.
Tan solo en 2024, 8.938 personas murieron en las rutas migratorias de todo el mundo, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), de estas 1.233 en las Américas, donde 174 perdieron la vida en el Darién, la frontera natural de Colombia y Panamá y una de las rutas migratorias más peligrosas a nivel global.
Para llegar a Europa o a Estados Unidos, “hay una crueldad similar”, sostiene la tres veces nominada a los premios Óscar.
“La migración se salió de control y, al mismo tiempo, la economía de Estados Unidos depende de mano de obra barata, pero a esos migrantes no se les permite crecer, no se les reconoce como ciudadanos y no tienen una oportunidad real”, apunta.
Cuatro días antes del comienzo de la segunda vuelta en las elecciones presidenciales polacas en las que el candidato ultraconservador, Karol Nawrocki, podría llegar al poder respaldado por mandatarios como el estadounidense Donald Trump, Holland recuerda cómo la extrema derecha ha alcanzado tanto poder mundialmente.
“Hay un miedo real de que un día zonas migratorias como África vengan y lo perdamos todo. Ahora ese miedo es utilizado por la extrema derecha y los populistas como una forma de controlar a la sociedad. Si no se detiene, irá más y más lejos”, desarrolla la natural de Varsovia.
Estos partidos y líderes, razona la realizadora, han reducido todo a una lucha de “nosotros contra ellos”.
En esa batalla, agrega, es “muy fácil pasar a justificar acciones como matar a migrantes en botes en el mediterráneo, o en Polonia y Estados Unidos permitir que los militares disparen en la frontera sin consecuencias”.
Lo preocupante es que estos políticos piensen que si toman “la agenda de moda -la de la derecha-, van a ganar las elecciones, porque quizá tengan razón”, indica.
Holland opina que el arte no debe tener fronteras, a pesar de los recientes intentos de Trump de limitar y censurar diversas historias, sin embargo, subraya la necesidad de implantar reglas basadas en la confianza para no caer en el caos.