El Tren Maya ha dado la oportunidad de realizar la más extensa investigación de salvamento arqueológico en nuestra historia: Diego Prieto

Con menos de un kilómetro por liberar en el Tramo 6 del Tren Maya, el cual unirá a las ciudades de Tulum y Chetumal, en Quintana Roo, las acciones de salvamento arqueológico en el derecho de vía de esta obra ferroviaria que lleva a cabo la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se aprestan a su conclusión total.

El director general del INAH, Diego Prieto Hernández, informó que, al día de hoy, se han otorgado los vistos buenos de obra para los tramos 1, 2, 3, 4, 5 y 7 de la obra ferroviaria, en tanto que el avance en este rubro para el Tramo 6 es del 99.7 por ciento.

“El Tren Maya nos ha dado la oportunidad de realizar la más extensa investigación de salvamento arqueológico en la historia de nuestro país, producto de la cual generaremos nuevos conocimientos sobre las civilizaciones y culturas que florecieron en el sureste mexicano y articularon en su diversidad lingüística, social, geográfica y económica a la gran nación maya prehispánica”.

El antropólogo reconoció la labor de las y los diversos especialistas que colaboran de la mano del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), de la Secretaría de la Defensa Nacional y de los consorcios constructores, entre otras entidades, en la recuperación del patrimonio arqueológico, tanto en las obras constructivas del Tren Maya como en el desarrollo del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), el cual optimiza la visita pública, la investigación y la conservación de 26 de estos sitios cercanos a la ruta del tren.

Como resultado de lo anterior, detalló, al corte del 22 de junio de 2023, se han registrado y preservado 53,568 bienes inmuebles (basamentos, albarradas, nivelaciones, cimientos o unidades habitacionales); 1’111,608 tiestos cerámicos; 1,844 elementos muebles (metates, figurillas y otras piezas cerámicas); 765 vasijas; 597 osamentas humanas y 1,348 rasgos naturales (cuevas, cenotes o cavernas inundadas y semi inundadas) que se han identificado en asociación con la presencia humana de la antigüedad.

Prieto Hernández también expuso los trabajos que se desarrollan en la Zona Arqueológica de Muyil, en Quintana Roo, como parte del Promeza, los cuales abarcan la investigación y conservación de estructuras arqueológicas, así como la optimización de los servicios a visitantes.

Como parte de estas acciones, abundó, también se renueva la señalética del sitio, se amplía el estacionamiento y se edifica una nueva unidad de ingreso y recepción de turistas, a la par que se habilita una sala introductoria para brindar una experiencia más comprensiva de este asentamiento prehispánico, el cual se localiza a 20 kilómetros de la ciudad antigua de Tulum, en la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an.

Por último, indicó que Muyil, cuyo nombre es homónimo al de una de las lagunas adyacentes al sitio, es también conocido como Chunyaxché, y basó su economía en la pesca y en la explotación de sus terrenos selváticos circundantes. Su ocupación se remonta al periodo Preclásico Tardío (300-50 a.C.), hasta el Posclásico Tardío (1200-1450 d.C.).

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