
Escribir en torno al voto de las mujeres en México, es recordar la lucha que han tenido, todas las mujeres que, activamente han participado en la vida democrática de nuestro país. El 17 de octubre de 1953, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, un decreto donde se otorgaba a las mujeres el derecho político electoral que conocemos en sus dos dimensiones: votar y ser votadas.
Las mujeres no únicamente habían alcanzado ya una igualdad en los aspectos civil, económico y educativo con respecto a los varones, sino que, gracias a esta situación de igualdad, las ideas de igualdad empezaban a arraigarse en la conciencia de la ciudadanía, por lo que el paso de las mujeres en la vida política y democrática empezaba a hacerse notorio.
Una vez que las mujeres empezaron a tener una participación activa, su lucha ha seguido creciendo, pues su trabajo ha sido constante, no solamente por ser parte del espacio político, y de escenarios de mando, sino que también han permanecido en la verdadera incidencia en la toma de decisiones en las áreas estratégicas de nuestro país.
En México, de acuerdo con los resultados del estudio muestral de participación ciudadana del año 2024, realizado por el Instituto Nacional Electoral, en la Jornada Electoral del 2 de junio de 2024, la participación de las mujeres fue del 64.3%, mientras que los hombres registraron un porcentaje de 54.8%; además, en ese mismo año, de acuerdo con los datos del informe sobre la conformación de la lista nominal de electores residentes en territorio nacional, un total de 51,103,424 mujeres tuvieron derecho a votar por más de 20,000 cargos a nivel local y federal, entre ellos, la presidencia de nuestro país, y a ser postuladas al menos, en un 50% del total de los espacios.
Por su parte, en nuestra entidad poblana, el 53% de las personas inscritas en la lista nominal, para la elección de 2024, fueron mujeres, 46% hombres y 1% del género no binario. Los números nos dan la pauta para vislumbrar que, actualmente, la presencia de las mujeres en la vida política no solamente es cuestión de un discurso, sino de una realidad, misma que ha llevado varios años, desde 1953 hasta la fecha, y a lo largo de estos 72 años, la lucha ha sido constante, para seguir incidiendo y, para lograr llegar a espacios donde la toma de decisiones de alta relevancia, no solo quede en manos de hombres, sino en una verdadera distribución en comparación con las mujeres.
Probablemente, varias generaciones de mujeres que nos han antecedido, no lograron ver la realidad del derecho a votar ni a ser votadas, sin embargo, las mujeres que hoy gozamos de calidad de ciudadanas, somos parte del resultado de la lucha de muchas mujeres que nos han antecedido, y nos corresponde seguir trabajando en pro de las mujeres de nuestra propia generación y, claro está, de las generaciones futuras, pues siempre se tiene que dar la búsqueda por mejorar el contexto y las condiciones que rodean a las mujeres, para lograr una verdadera igualdad en nuestra arena política.