El río Yamuna, que fluye a pocos kilómetro del centro de Nueva Delhi, está repleto de espuma tóxica a un día de que se celebre un popular festival hindú en el que miles de fieles se sumergen en sus aguas, como parte de un ritual dedicado al dios del Sol, y obviando la alta contaminación y riesgos asociados.
En el barrio de Kalindi Kunj, situado en los bancos del Yamuna, una espesa capa blanca de espuma tóxica recuerda a los residentes la pésima calidad del agua del río, que rebasa más de 3.000 veces los niveles máximos de unidades bacterianas coliformes recomendados por las autoridades sanitarias.
El último informe publicado por el Comité de Control de la Contaminación de Delhi, con fecha del 28 de octubre, registró hasta 7.900.000 unidades bacterianas coliformes por cien mililitros en el último tramo del río a su paso por la capital, cuando recomienda un límite de 2.500 por cada cien mililitros de agua.
Esta contaminación es fruto de los litros de aguas fecales sin tratar, vertidos industriales y agrícolas que recibe, sobre todo durante su transcurso por esta urbe de más de veinte millones de habitantes.
Para tratar de contener la toxicidad del agua, las autoridades están empleando antiespumantes químicos, especialmente de cara a la festividad hindú de Chhath Puja, un ritual llevado a cabo del 5 al 8 de noviembre, que miles de fieles celebran sumergiéndose en el río, en honor a Surya, el dios del Sol.
A pesar de los altos niveles de contaminación que registra tradicionalmente el Yamuna en estas fechas, los fieles siguen realizando este ritual, desoyendo los consejos de las autoridades, que recomiendan reiteradamente bañarse en sus aguas, por riesgo de enfermedades dermatológicas e intestinales.
Considerado uno de los más sagrados para los hindúes, el Yamuna, con frecuencia definido como “río muerto”, es uno de los más contaminados de la India desde hace décadas.
En los últimos meses las autoridades de Nueva Delhi pusieron en marcha diversas medidas, como la prohibición de sumergir iconos religiosos en las aguas del río, como ocurre en varios rituales hindúes, para impedir la liberación de partículas y materiales contaminantes presentes en estos.