Estudio de Stanford ha identificado seis tipos de depresión

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La salud mental siempre ha sido un campo lleno de desafíos, principalmente debido a la complejidad del cerebro humano. Entender cómo funciona y qué ocurre cuando no lo hace correctamente es un enigma que ha fascinado a los científicos durante siglos. En particular, la depresión es un trastorno que ha afectado a las personas a lo largo de la historia. Sin embargo, avances recientes en la tecnología y estudios innovadores han permitido a los científicos comprender mejor no solo los signos de la depresión, sino también las posibles vías para tratar sus diversas formas.

Una mirada nueva a la depresión
Un estudio realizado por la Universidad de Stanford ha arrojado luz sobre los diferentes tipos de depresión. La investigación, que combina el uso de aprendizaje automático y escaneos cerebrales, ha identificado seis subtipos distintos de depresión, conocidos como “biotipos”. Estos hallazgos representan un avance significativo en la comprensión del trastorno, ya que podrían llevar a tratamientos más específicos y efectivos para cada tipo de depresión.

Un diagnóstico más preciso
En Estados Unidos, casi una de cada cinco personas sufre de depresión, pero muchas son mal diagnosticadas, lo que a menudo lleva a tratamientos ineficaces y costosos. La práctica común en psiquiatría se basa en gran medida en los síntomas que los pacientes reportan, sin utilizar pruebas biológicas para el diagnóstico. Esto ha resultado en un enfoque de prueba y error que puede ser frustrante tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud mental. El estudio de Stanford busca cambiar esto al introducir diagnósticos basados en biomarcadores específicos para cada tipo de depresión.

Los seis biotipos de depresión

  1. Circuito de modo predeterminado: Este circuito cerebral está activo durante procesos mentales internos como la introspección. Su disfunción puede llevar a síntomas como la rumiación y la dificultad para desconectarse de pensamientos negativos.
  2. Circuito de la saliencia: Este circuito ayuda a enfocar la atención en estímulos emocionales importantes. Cuando se ve afectado, puede causar ansiedad elevada y experiencias sensoriales abrumadoras, comunes en ciertas formas de depresión.
  3. Circuito de afecto positivo: También conocido como el circuito de recompensa, es crucial para experimentar placer y motivación. Su disrupción puede llevar a la anhedonia, es decir, una incapacidad para sentir alegría o satisfacción.
  4. Circuito de afecto negativo: Este circuito procesa y responde a estímulos emocionales negativos. Cuando se altera, puede resultar en reacciones exageradas y prolongadas a emociones negativas, causando tristeza intensa o miedo.
  5. Circuito de atención: Responsable de mantener la concentración, su disfunción puede afectar la capacidad de enfocarse, lo cual es crucial para el funcionamiento diario.
  6. Circuito de control cognitivo: Este circuito subyace a funciones ejecutivas como la memoria de trabajo y la planificación. Su disrupción dificulta la toma de decisiones y la planificación futura, contribuyendo a los síntomas cognitivos de la depresión.

Hacia un tratamiento personalizado

Identificar el biotipo específico de una persona que sufre de depresión permite adaptar el tratamiento a sus necesidades particulares. Por ejemplo, un paciente con disfunción en el circuito de control cognitivo podría beneficiarse más de terapias cognitivas en lugar de ciertos medicamentos. Este enfoque personalizado podría mejorar significativamente las tasas de éxito en el tratamiento de la depresión.

A pesar de lo prometedor de este estudio, aún existen desafíos que superar. Uno de los principales obstáculos es el acceso limitado y costoso a las máquinas de resonancia magnética funcional (fMRI), que son necesarias para identificar los biotipos. Además, el estudio ha sido criticado por la falta de diversidad en su muestra, ya que la mayoría de los participantes eran de origen caucásico. Esto plantea dudas sobre la aplicabilidad de los resultados a poblaciones más diversas.

El camino hacia un diagnóstico y tratamiento precisos de la depresión, similar a cómo los cardiólogos utilizan marcadores biológicos para guiar tratamientos, está en marcha. Si bien aún faltan años para que estos métodos se apliquen en la clínica, los expertos coinciden en que este estudio representa un paso importante hacia un enfoque más personalizado y efectivo en el tratamiento de la depresión.

La investigación de Stanford marca el inicio de una nueva era en la comprensión y tratamiento de la depresión, prometiendo un futuro donde los pacientes reciban tratamientos diseñados específicamente para sus necesidades biológicas y mentales.

Con información de Starsinsider.

Crédito: El Imparcial

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