
El Instituto Electoral del Estado es un organismo autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propio, que se circunscribe en un marco de legalidad de apego a los principios rectores del contexto electoral, en donde todas las personas que lo integramos nos tenemos que apegar a una ética profesional, para dar cabal cumplimiento a las tareas político-electorales que nos son encomendadas.
Uno de los elementos que se vuelve parte del escrutinio, es la administración de recursos, tanto humanos, como financieros y materiales, pues ello siempre tiene que llevarse a cabo de tal manera que se cumpla con eficiencia, eficacia y transparencia; y justamente en ello es que radica la importante labor de mostrarnos de una manera real en el día a día.
Nuestro objetivo cumbre es lograr la participación ciudadana, y para ello es necesario que la ciudadanía genere lazos de confianza con la institución, pues a partir de tal supuesto, las personas logran un incentivo, de inicio para acudir a las urnas a emitir su voto y, después obtienen la certeza de que su decisión se respeta hasta el momento de la declaración de las personas ganadoras. Ahí está gran parte del trabajo que cotidianamente se realiza desde las instituciones electorales, pues para crear ese nexo es necesario que las personas conozcan de sus derechos político-electorales, después de las herramientas que tienen para lograr que se materialicen y, finalmente llevar a cabo el desarrollo de las jornadas electorales.
En función de lo anterior, el trabajo de las instituciones electorales no solamente existe cuando hay un proceso electoral, puesto que cuando se está fuera de uno de ellos, se tiene que trabajar en difundir información, actividad que nos permite innovar en las formas de capacitar y enseñar valores cívicos y una cultura política en las y los poblanos, pues únicamente a través del conocimiento, es que se tiene la posibilidad de participar; de ahí la importancia que tiene todo el trabajo previo a los procesos electorales.
Debe tenerse presente que, como se decía al inicio de este texto, las instituciones electorales, tanto a nivel local como nacional, nos regimos por principios rectores, como la imparcialidad, independencia, legalidad, máxima publicidad, objetividad y paridad de género, por lo que todos los principios enlistados son de observancia obligatoria, y en caso de que alguna persona los menoscabe o violente, se tienen previstas acciones para su investigación, y en su caso, posible sanción, con el objetivo de que se vele por el cabal cumplimiento de los mismos.
Para cerrar esta participación, me gustaría invitarles a seguir la transmisión del próximo 29 de agosto a las 10:30 horas, por el canal de YouTube de la Sala Regional Ciudad de México, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pues se estará transmitiendo una mesa de diálogo sobre “Ética, independencia y profesionalismo: claves para instituciones electorales legítimas y confiables”, con perspectivas desde la academia y el servicio público, al que me he referido en este espacio.