El FBI dijo que obtuvo acceso al teléfono de Thomas Matthew Crooks, el sospechoso del fallido intento de asesinato contra el ex presidente Donald Trump, mientras continúa investigando el motivo del crimen.
El FBI destacó que su investigación sobre el atentado del sábado, que está siendo tratado como un intento de asesinato y como posible acto de terrorismo, y que aún se encuentra en sus primeras etapas.
“Los especialistas técnicos del FBI obtuvieron acceso con éxito al teléfono de Thomas Matthew Crooks y continúan analizando sus dispositivos electrónicos”, dijo el FBI en un comunicado. “La búsqueda de la residencia y el vehículo del sujeto está completa”.
La oficina agregó que ha realizado casi 100 entrevistas con agentes del orden, asistentes al evento y otros testigos.
En una llamada con periodistas el domingo, funcionarios del FBI dijeron que aún no habían podido atribuir una ideología o encontrar evidencia de un motivo para el tiroteo.
El rifle 556 estilo AR utilizado por el atacante fue comprado legalmente por su padre y los funcionarios dijeron que no había indicios de que el sospechoso sufriera algún problema de salud mental.
Agregaron que una revisión preliminar de llamadas y mensajes de texto recientes del atacante no arrojó ninguna luz sobre su motivación o sobre si otras personas podrían haber tenido conocimiento previo de sus planes.
El Servicio Secreto de Estados Unidos había identificado desde hace días como un potencial riesgo de seguridad el tejado desde el que intentaron matar al ex presidente, según NBC.
Los agentes que prepararon el dispositivo de seguridad días antes del mitin de Butler (Pensilvania) eran conscientes del riesgo que podía conllevar ese edificio, según admitieron a NBC dos fuentes cercanas al Servicio Secreto.
El tejado pertenecía a una nave ubicada a unos 135 metros de donde Trump iba a hablar en el mitin, pero fuera del perímetro de seguridad del evento.
El Servicio Secreto ha dicho que la seguridad de ese edificio era responsabilidad de las autoridades locales, aunque el fiscal del condado ha desmentido esa versión.
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, bajo cuya batuta está el Servicio Secreto, admitió este lunes que el suceso fue un “fallo” de seguridad.
El senador republicano Ted Cruz reclamó en un mensaje en la red social X la dimisión de la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle.
Por su parte, el congresista republicano James Comer, presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, anunció que citará a Cheatle a declarar al Legislativo la semana que viene, una vez finalice la Convención Nacional Republicana.
Cheatle anunció hoy en un comunicado que el sábado, después del intento de asesinato, ordenó cambios en el esquema de seguridad de Trump.
La oreja derecha de Trump fue rozada por una bala en el ataque en un mitin en Butler, Pensilvania, en el que un partidario murió y otros dos resultaron heridos antes de que agentes del Servicio Secreto mataran a tiros a Crooks, de 20 años.
Crédito: Milenio