
Florida tiene previsto este martes ampliar su récord de pena de muerte con la ejecución de Samuel Smithers, de 72 años, por el asesinato en 1996 de dos mujeres a quienes pagó por relaciones sexuales.
Con esta muerte, el estado elevará a catorce el número de ejecuciones realizadas en lo que va de año, un récord para Florida en lo que va de siglo.
Desde que en 1976 el Tribunal Supremo de Estados Unidos restableció la pena capital, Florida no había superado las ocho ejecuciones en un solo año, una cifra que alcanzó por última vez en 2014.
Este año Florida ya superó su récord histórico al ejecutar a trece personas, más que cualquier otro estado del país.
Por detrás le siguen Texas, con cinco ejecuciones, y Carolina del Sur y Alabama, con cuatro cada uno, en medio de un repunte general del uso de la pena de muerte en EE.UU., después de varios años con ejecuciones menos frecuentes, de acuerdo con los datos del Death Penalty Information Center (DPIC).
El caso de Smithers, que sería una de las personas de mayor edad ejecutadas en el estado, se remonta al asesinato en 1996 de dos mujeres en Tampa, a quienes golpeó brutalmente, estranguló y arrojó en un estanque, según los documentos legales. En aquel tiempo, el reo desempeñaba labores de mantenimiento de jardines.
La Corte Suprema de Florida rechazó una apelación de Smithers la semana pasada, incluyendo argumentos de que su edad lo hacía inelegible para la pena capital, bajo la prohibición constitucional de castigos crueles e inusuales en EE.UU..
Aunque los jueces estatales determinaron que los ancianos no están categóricamente exentos de la pena de muerte, todavía existe una apelación pendiente ante la Corte Suprema de EE.UU..
Smithers recibirá una inyección letal en la Prisión Estatal de Florida, el método mediante el cual se realizan las ejecuciones en el estado, cuyo protocolo estatal utiliza tres fármacos: un sedante, un paralizante y un medicamento que detiene el corazón.
Su uso ha sido polémico por los riesgos de sufrimiento físico durante la ejecución, errores en la aplicación de los fármacos y el debate ético sobre si realmente constituye un método ‘humano’ de pena de muerte.
Con esta ejecución Florida se reafirma como uno de los estados que más recurre a la pena de muerte en el país. Su gobernador, el republicano Ron DeSantis, ha aprobado hasta el momento 16 ejecuciones para este año.
Entre las próximas ejecuciones están las de los reos condenados por asesinatos: Norman Grim, para el 28 de octubre, y Bryan Jennings, para el 13 de noviembre.
Organizaciones de derechos humanos advierten que el creciente número de ejecuciones refleja un endurecimiento de la política penal en el estado.
Hasta la fecha, 35 reos han sido ejecutados en 10 estados distintos del país norteamericano en 2025, lo que ya coincide con el total de 2014, la última vez que hubo un número tan elevado de ejecuciones en el país.
Si todo va como está previsto, en 2025 se superarán los datos de 2014, pues están programadas al menos otras nueve ejecuciones en lo que queda del año.
Aunque el estado de Ohio emitió órdenes de ejecución para los próximos tres años, con 27 programadas, su gobernador, el republicano Mike DeWine, indicó que no se realizarán si no se adopta un nuevo método, al calificar en 2020 la inyección letal como “imposible desde un punto de vista práctico”.