“Hay que resignificar las fiestas patrias en tiempos convulsos”

El fervor y orgullo que existía por ser mexicanos comienza a erosionarse entre las generaciones más jóvenes. Académica insta a recuperar la identidad en las fiestas patrias.

México, país de cultura y tradiciones milenarias. Territorio de amplia diversidad natural y de gente cálida y alegre que sabe celebrar hasta en los momentos más complejos. Sin embargo, la complejidad comienza a ser apabullante por el incremento exponencial de la violencia, la falta de recursos y la impunidad que impera en el poder.

La desesperanza es palpable: cada vez más mexicanas y mexicanos se preguntan si vale la pena celebrar su país. Esta pérdida es más evidente en las generaciones jóvenes, cuyos planes de vida van encaminados a salir del país para tener un estilo de vida que no creen poder alcanzar en México.

“El tener este mundo globalizado y comparar nuestro propio país con otros países en diferentes condiciones a veces hace parecer que, como dice el dicho, el pasto es más verde en otro lado”, explica Alejandra Alpuche Vélez, subdirectora de la Prepa Ibero Puebla, que reconoce que esta pérdida del orgullo mexicano se debe a tres factores esenciales.

El primero es la influencia de otros países o culturas en el territorio nacional. Si bien la globalización tiene efectos diversos en la sociedad, que no necesariamente son negativos, comienza a ser notable el olvido de ciertas tradiciones que eran parte de la identidad nacional y se transforman con influencias extranjeras; ejemplo de ello es el Halloween, que se populariza entre las juventudes en lugar del Día de Muertos.

“Segundo, creo que también tiene que ver con parte de la formación en las escuelas”. Alpuche Vélez identifica que los protocolos cívicos como los honores a la bandera, o entonar el himno nacional se realizan con menos frecuencia en los diferentes niveles educativos. Si bien esto no es vital, ayuda a fortalecer los valores cívicos y a desarrollar un sentido de pertenencia con los lábaros patrios.

La académica señala como último factor la complejidad de los tiempos que transcurren en el país, donde la violencia, la polarización y la indiferencia imperan. “Parece que nos pone a la defensiva y creo que tendríamos que preguntarnos, ¿qué significa para mí ser mexicano?”.

Y desglosó la propia académica: “Ser mexicano implica este sentido de identidad y de orgullo que nos mueve, nos da identidad y que lo compartimos con todos los demás. Si entendemos eso y le damos ese significado, el hacer comunidad, tomar acciones y buscar otro tipo de ser y estar en el país, sería la consecuencia de sentirnos orgullosos de estar en México”.

Alejandra Alpuche también exhorta a no olvidar la realidad del país, que debe ser una motivación para actuar en pro de su transformación y avance. “Hemos vivido diferentes dificultades de índoles políticas, ambientales económicas… y el mexicano es resiliente en función de la creatividad”. Por ello, hoy más que nunca vale la pena celebrar el ser mexicanos, y abrazar nuestras tradiciones en estas fiestas patrias.

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