Los fallecidos por el huracán Helene suman este martes casi 140, mientras los equipos de emergencia bregan por ubicar a cientos de desaparecidos, en especial en Asheville, localidad de Carolina del Norte que figura entre las más golpeadas por este ciclón que ya es uno de los más letales de este siglo en EE.UU.
Según la contabilidad que llevan los medios nacionales, con más de 130 fallecidos (137, según CNN) en seis estados Helene se convierte junto al huracán Ian de 2022, que fue responsable de 150 fatalidades, en uno de los ciclones más mortales de este siglo registrados en Estados Unidos continental.
Las autoridades de Carolina del Sur han dado cuenta hoy de 33 decesos a causa de Helene, mientras que el condado de Pinellas de Florida ha informado de nuevas muertes que elevan la cuenta en este estado hasta 15 fallecidos.
Mientras que en algunas partes del sureste de EE.UU., como el citado condado de Pinellas, se empiezan a habilitar algunas vías tras la recogida de escombros y maleza, en el oeste de Carolina del Norte la realidad es otra, en especial en la castigada Asheville, donde aún se reportan centenares de desaparecidos.
“Comunidades borradas del mapa” en Carolina del Norte
“Las comunidades fueron borradas del mapa. Decenas de vidas perdidas. Cientos de carreteras siguen dañadas o intransitables. La comunicación ha sido difícil debido a los cortes de energía y de teléfonos celulares”, ha detallado este martes el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, durante una rueda de prensa.
En este estado, donde hay todavía unas 400 carreteras y vías cerradas o intransitables, la Guardia Nacional ha logrado rescatar a unas 500 personas, según las autoridades locales, y 92 equipos de búsqueda y rescate se hallan operando en todo el estado, al igual que intentando acceder en áreas del oeste.
En el condado de Buncombe, donde se asienta Asheville, se han reportado unos 40 fallecidos, mientras que en todo Carolina del Norte la cifra llega a 56; sin duda el estado con el mayor número de muertos a causa de Helene, que tocó tierra la noche del pasado jueves por el noroeste de Florida y desde ahí dejó una estela de más de 800 kilómetros de destrucción.
En Asheville, las últimas cifras oficiales apuntan a unas 600 personas desaparecidas o incomunicadas tras las inundaciones históricas que se han registrado en la turística localidad enclavada en la cadena montañosa Blue Ridge, a unos 650 metros de altura.
Las riadas de agua han destrozado edificios y viviendas, así como carreteras y caminos, según ha podido comprobar EFE, lo que mantiene aislada esta ciudad.
Según la alcaldesa de Asheville, Esther Manheimer, el sistema de agua y alcantarillado ha resultado seriamente dañado y urge en Asheville agua, alimentos y otros artículos de primera necesidad.
Esta situación ha llevado a organizaciones y grupos de voluntarios a organizar comitivas para tocar puertas de viviendas afectadas en búsqueda de personas atrapadas, así como al envío de ayuda por vía aérea a través de helicópteros, como lo está haciendo la organización Operation Airdrop.
La Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha indicado este martes que ha registrado más de 150.000 solicitudes de asistencia de hogares de la zona afectada por el huracán Helene.
El sistema ciclónico ha causado en al menos seis estados “un desastre generalizado e históricamente devastador”, como ha dicho hoy el director de Asistencia Individual de FEMA, Frank Matranga.
La agencia federal ya ha enviado casi 2 millones de raciones de comida, más de un millón de litros de agua y hasta 30 generadores eléctricos en los estados afectados, y en especial en Carolina del Norte.
Hasta este martes, hay por lo menos 1,5 millones de viviendas y oficinas sin energía eléctrica, de acuerdo con la web especializada PowerOutage.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, ha aprobado la declaración de desastre mayor en 11 condados de Georgia, que se suman a los 17 de Florida, 25 de Carolina del Norte y 13 de Carolina del Sur, que ya había declarado.