Es apostar a un negocio rentable ante el desplome en precios del azúcar, crear biocombustible a partir de la caña de azúcar, destaca Galo Galeana de la asociación civil Biomovilidad
Puebla no puede perder más tiempo en materia de transición energética y en este sentido, la asociación civil, Biomovilidad, hace la sugerencia a las próximas autoridades federales y estatales de crear políticas públicas destinadas a alentar la producción de biocombustibles a partir de la producción de bioetanol extraído de la caña de azúcar.
Y, para ello, la recomendación es que los dos principales ingenios azucareros que tiene Puebla, como Atencingo y Calipan, cambien la prioridad en su producción que es el azúcar, cuyos precios se han desplomado por la competencia de otros edulcorantes y, apostar por producción de etanol a partir de caña de azúcar.
Para ello se tendría que realizar la reconversión industrial en los ingenios para reforzar procesos de fermentación, destilación y deshidratación para producir bioetanol, como bicocombustible , lo que daría valor agregado a la caña y potencializaría esta agroindustria en Puebla.
Así lo comentó Galo Galeana, de la A.C. Biomovilidad quien refirió que el tema de los biocombustibles no es nuevo, pues desde el 2008 se propuso como la vanguardia de la transición energética que frene la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
El bioetanol es un aditivo para las gasolinas, que mejoran su oxigenación y, por ende reducen la emisión de gases de efecto invernadero al medio ambiente.
Y es la transición energética una serie de pasos entre el 2030 y el 2050 para garantizar cero emisiones de carbono a la atmosfera, compromiso hecho por la mayoría de países en el mundo y México es parte de este compromiso para contrarrestar el calentamiento global.
Una de las estrategias de este objetivo es producir biocombustibles a partir de biomasa y se generan productos como el bioetanol que oxigena a las gasolinas, mejorando la combustión.
La biomasa se puede generar a partir de sorgo dulce, maíz o caña de azúcar, y el produxto final es el bioetanol que favorece un mayor octanaje en las gasolinas que evitan el famoso “ cascabaleo” del motor.
En América Latina, Brasil tiene el liderazgo en el uso de bioetanol y es parte de los países donde su consume ya es un mandato legal, para procurar la descarbonización en la movilidad tanto terrestre como recientemente en la transportación aérea donde ya hay normatividad para uso de bioetanol en los aviones.
Por todo ello, Biomovilidad promueve el uso de biocombustibles considerando el potencial que tendría México si los más de 50 ingenios del país reconvertieran su producción para bioetanol en lugar de azúcar o alcohol.