
“No me fui por falta de clientes… me fui porque cada lluvia destruía mi trabajo”, ya que su local sufría inundaciones, denunció la afectada.
De acuerdo con el sol de Puebla: lo que comenzó como el sueño de emprender con un postre típico mexicano terminó en una amarga despedida. Una joven poblana, creadora del negocio de marquesitas “Mulatta”, compartió a través de redes sociales el final de su emprendimiento dentro del Centro Comercial Explanada Puebla, luego de enfrentar una serie de problemas estructurales que, denuncia, fueron ignorados por la administración del lugar.
La historia, contada en un video publicado en TikTok, narra cómo, apenas al tercer día de operación, toda su isla comercial quedó en medio del agua. La escena parecía sacada de una película de desastre: terminales electrónicas inservibles, letreros deshechos, maquinaria afectada y mobiliario arruinado por filtraciones constantes del techo.
Pero la denuncia va más allá de lo financiero. En su testimonio, la emprendedora lanzó una alerta sobre los riesgos que enfrentan no solo los locatarios, sino también los visitantes del centro comercial:
“No se trata solamente de mis pérdidas. Esos charcos, cables húmedos y plafones hinchados ponen en riesgo a cualquiera que visita la plaza. Un resbalón, una chispa donde hay agua… pueden terminar en una tragedia. ¿Qué tiene que pasar para que lo tomen en cuenta?”, comenta en el clip.
A pesar de mostrar videos y fotografías como prueba del deterioro del inmueble, en especial del techo, donde se observan agujeros por donde se filtra el agua, la única respuesta que recibió fue una condonación parcial de renta, insuficiente para cubrir el daño real, indicó.
Lejos de ofrecer soluciones reales, el corporativo de la plaza comercial le propuso dos alternativas: pagar con sus propios recursos un techado extra, que no resolvió el problema o reubicarse en un espacio de menor visibilidad, con la misma renta, y absorbiendo los costos de traslado, salarios y pausas operativas.
“No me voy por falta de clientes, al contrario, ya había logrado que la gente viniera. Me voy porque cada vez que llueve, mi negocio se destruye un poco más. Y para el corporativo, no significó nada”, añade.
A pesar del entusiasmo con el que inició su negocio, la joven emprendedora no pudo más. Denunció que, tras meses de aguantar filtraciones, desinterés y costos injustos, decidió cerrar definitivamente el local en Explanada Puebla.
En su despedida, la emprendedora enfatizó que su proyecto no solo buscaba vender marquesitas, sino rescatar un postre tradicional mexicano dentro de un centro comercial moderno, elevando su valor ante nuevos públicos, pero lo que encontró fue indiferencia, falta de apoyo y condiciones precarias para operar.
“Emprender con un producto mexicano, pagando rentas altísimas y sin apoyo, es todavía más difícil. Hoy me duele dejar este sueño aquí, pero también quiero alzar la voz… Detrás de cada negocio hay una historia y una familia que merece respeto”, señaló.
El caso ha generado reacciones en redes sociales, donde usuarios han expresado solidaridad y exigido una respuesta pública por parte de la administración de Explanada Puebla, que hasta el momento no ha emitido ningún pronunciamiento oficial.
@mulatta679 Por esta razón nos fuimos de Explanada Puebla ☹️
♬ sonido original – Mulatta
El caso de “Mulatta” refleja una realidad que enfrentan muchos emprendedores en México: falta de garantías mínimas para operar con seguridad, desigualdad en las relaciones comerciales con grandes corporativos, y una peligrosa cultura de normalización del abandono empresarial.
Mientras tanto, los locales vacíos en centros comerciales siguen aumentando… y detrás de cada cortina cerrada, hay una historia como la de esta joven poblana: un sueño, una inversión, una familia y muchas preguntas sin responder.