La familia, pilar del emprendedor
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Emprender no es tarea fácil; se requiere de un sueño, decisión para hacerlo realidad y un pilar en el cual apoyarnos: la familia, el bien mayor del ser humano.
En los tiempos actuales, la familia nos demuestra su importancia como factor de equilibrio y como clave para transmitir valores, interioridad y trascendencia, herramientas esenciales para emprender.
Una comunidad sin niños es un mercado sin futuros clientes, pero, sobre todo, sin continuidad en los proyectos y sin razones emocionales para las personas.
Los hijos en una familia no son señal de escasez; por el contrario, representan riqueza y abundancia en todos los sentidos. Es real que todo niño «trae su torta bajo el brazo».
Úrsula von der Leyen, quien fuera presidenta de la Comisión Europea, asegura que cada nuevo nacimiento nos trae alegría, fuerza creadora y seguridad futura. Los niños no significan pobreza, sino perspectiva.
Uno de los principales valores en el ecosistema emprendedor mexicano es la familia. Ésta impulsa al emprendedor, lo apoya financieramente, lo acompaña en la toma de decisiones, lo anima ante las adversidades, pero, sobre todo, es su inspiración. Gracias a ella, el emprendedor encuentra motivos para construir empresa, transformar la realidad a través del emprendimiento y trascender generacionalmente.
Finalmente, los beneficios económicos de nuestra empresa, así como la empresa misma, no nos los podemos llevar a la otra vida; se quedan en esta dimensión terrenal.
La familia es más que un apoyo: es la razón de ser del emprendedor. No solo aporta estabilidad y valores fundamentales, sino también el propósito emocional necesario para enfrentar los retos del emprendimiento. Sin este pilar, la creación de riqueza pierde trascendencia y sentido. Así, el éxito no se mide únicamente en logros materiales, sino en el legado de valores y proyectos que se transmiten a las generaciones futuras.
Priorizar el tiempo con la familia es fundamental para fortalecer los lazos y crear recuerdos que durarán toda la vida. Aprovechar cada momento con los seres queridos es esencial, ya que, el tiempo perdido no se puede recuperar.