Los diversos ecosistemas y la fauna del Parque Nacional Laguna del Tigre, ubicado en el norte de Guatemala, registran hasta este viernes 465 kilómetros de área forestal con pérdidas significativas debido a 62 días de incendios, en una de las temporadas más agresivas en el país por los fuegos desde 1998.
“Este año la crisis ambiental ha sido crítica debido a los incendios. Vimos decenas de especies de animales fallecidas, sofocadas por el calor, la falta de agua y atrapadas en el fuego. El bosque está severamente dañado y se recuperará lentamente en unos 30 o 40 años”, explicó a EFE Eduard Oliva, un guardabosques que dirige uno de los puestos de control de la Laguna del Tigre.
Aunque la inmensidad de los daños aún no termina de ser cuantificada, Oliva, que trabaja para el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), asegura que la extensión dañada de la selva supera los 465 kilómetros.
Ubicado a 500 kilómetros de la Ciudad de Guatemala, en el departamento (provincia) de Petén, el Parque Nacional Laguna del Tigre tiene una extensión de 3.378 kilómetros, incluidos más de 250 cuerpos de agua entre ríos y lagunas.
Además dispone de un total de 16 ecosistemas y una diversidad animal de 120 especies de aves, 17 de anfibios, 90 de insectos y al menos 45 mamíferos entre los que destaca el jaguar y el tapir.
Los humedales, que representan el 70 % de la extensión de la Laguna del Tigre, sufrieron daños severos: su vegetación quedó carbonizada por los incendios, arrasaron con decenas de animales y dejaron sin agua a muchos otros, que murieron deshidratados, de acuerdo con testimonios de bomberos forestales brindados a EFE.
El 95 % de los incendios han sido provocados por humanos, según la misma fuente.
“La usurpación de áreas y el interés para la ganadería extensiva ilegal, que ha tomado control del área norte de esta selva, es de las principales causas de esta crisis”, explicó Vinicio Morales, un técnico de conservación silvestre que labora para la organización no gubernamental Wildlife Conservation Society (WCS).
La Laguna del Tigre forma parte de la biosfera maya, que son 21.365 kilómetros de área protegida en el norte de Guatemala, y que se extiende fuera de las fronteras del país hacia el sur de México y Belice.
Dificultades para enfrentar los incendios
“Cada año contamos con la aprobación de estados de calamidad para poder tener más recursos y contratar personal para frenar los incendios, pero lamentablemente esta temporada el Congreso no lo aprobó y afectó nuestra capacidad de reacción”, explica Oliva, que dirigió diversas cuadrillas de bomberos forestales en la selva.
En abril pasado, el Congreso de Guatemala rechazó la iniciativa de ley propuesta por el presidente, Bernardo Arévalo de León, para activar un estado de calamidad que permitiera agilizar el uso de fondos públicos para atender la emergencia ambiental provocada por los incendios en todo el país.
El bombero forestal Erick Cortez relató a EFE que esta temporada de incendios tuvieron que trabajar bajo temperaturas por encima de los 47 grados centígrados y que crear brechas cortafuegos para detener los siniestros en el bosque se convirtió en un reto de alto riesgo.
“Este año en Laguna del Tigre sufrimos un calor terrible. No podíamos trabajar más de cuatro horas en el terreno y era frustrante ver tanta destrucción”, detalla Cortez.
A partir del 6 de junio, las lluvias iniciaron en esta región de Guatemala y el fuego ha comenzado a mermar paulatinamente. Sin embargo, los daños siguen visibles y las patrullas de bomberos continúan los monitoreos.
De acuerdo con la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), un total de 49.851 hectáreas de cobertura forestal fueron dañados por los incendios entre noviembre de 2023 y junio de este año, superando las 37.681 que fueron consumidas en la temporada 2022-2023.
Petén, donde se resguarda la mayor biodiversidad del país y cuya región es considerada como la cuna de la civilización maya, fue el departamento más afectado con 539 incendios y más de 15.000 hectáreas afectadas este año y el año anterior.
David Toro