
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE, en inglés) inició hace un mes su Operación Midway Blitz en Illinois para detener a supuestos “criminales indocumentados”, dejando barrios enteros atemorizados a causa de todo un abanico de tácticas de intimidación reportadas por las comunidades locales.
Por orden de la Administración Trump, los agentes de la Patrulla Fronteriza intensificaron sus redadas migratorias, con el fin último de aumentar las deportaciones prometidas por el propio presidente estadounidense, pero, pese a la incertidumbre de los vecinos, se han topado con un fuerte rechazo de las minorías latinas, afroamericanas y árabes principalmente en los suburbios del área de Chicago.
Después de este mes, se han documentado violentas maniobras del ICE que van desde el uso de helicópteros a la utilización de gases lacrimógenos en situaciones de baja conflictividad, entre muchos otras.
Residentes de ciudades como Elgin (norte de Illinois), por ejemplo, documentaron el pasado 16 de septiembre sobrevuelos a bajo altura de helicópteros del ICE que acabaron con un operativo en el que agentes federales rompieron la puerta de una vivienda, usaron vehículos militares, luces intensas y bombas de humo para allanar el domicilio.
No se trata de un caso aislado, pues medios locales como WBEZ o NBC Chicago también han informado sobre recientes episodios en los que helicópteros del ICE “merodearon” a pocos metros de comunidades en el área de Chicago.
Aunque, hasta la fecha, el incidente más trágico ha sido la muerte el pasado 12 de septiembre de Silverio Villegas-González en Franklin Park (Chicago), después de que agentes de la Patrulla Fronteriza le ordenaran detenerse, él intentara huir y arrastrara a uno de los agentes que acabó disparándole.
Esa, al menos, es la versión de las autoridades, que ha sido puesta en tela de juicio por el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, quien ha pedido “transparencia” en el expediente de un caso, del que no descartó que se incumplieran algunos protocolos.
Villegas-González era un padre de familia mexicano de 38 años de edad.
En el área de Chicago, alrededor del 30 % de la población es de origen latino -de ellos, el 80 % tiene raíces mexicanas- y es ésta la que se encuentra más expuesta a los operativos migratorios, pero no únicamente porque incluso ciudadanos estadounidenses se han visto afectados por las redadas.
En Des Plaines (noroeste de Illinois), un ciudadano estadounidense fue detenido junto con su padre y recibió descargas eléctricas de un táser en tres ocasiones.
Además, en múltiples casos denunciados ante los tribunales por la National Immigrant Justice Center (NIJC) y otros grupos, el ICE ha ejecutado arrestos sin mostrar una orden judicial, con agentes ocultos vistiendo ropa de civil, vehículos sin identificación o usando de granadas aturdidoras en algunos allanamientos.
Un juez federal de Chicago determinó recientemente que el ICE había violado reiteradamente un decreto de consentimiento que limita su poder de hacer arrestos sin orden judicial. Al menos 22 personas, según el magistrado, fueron detenidas sin órdenes válidas.
También se han reportado incidentes de redadas violentas en horario escolar ante centros educativos y con uso de botes de humo que han generado un clima de terror y calles vacías en comunidades latinas y afroamericanas como Funston, a escasos 20 minutos en coche del centro de Chicago.
A la presencia del ICE en las calles de Illinos se le suma ahora el despliegue de 500 soldados de la Guardia Nacional -200 del cuerpo de Texas y 300 del propio Illinois- para blindar sus operaciones.
Una movilización sobre la que hoy debe pronunciarse una jueza federal de Chicago, a la que los abogados de la Administración Trump ya han advertido que no debería “cuestionar la opinión del presidente sobre la situación actual en Illinois”.