
Decenas de miles de personas participaron este sábado en la Marcha del Orgullo de Budapest, que transcurrió sin incidentes en medio de un ambiente festivo y familiar, tras haber sido prohibida por el Gobierno ultranacionalista de Hungría.
A las 18.00 hora local (16.00 GMT) al menos 70.000 personas -según estima el portal Hvg.hu- se congregaron delante de la Universidad de Ingeniería, tras cruzar el puente Erzebet sobre el Danubio.
A la cabeza de la manifestación, con el lema “La libertad y el amor no pueden ser prohibidos”, estaba el alcalde de Budapest, el ecologista Gergely Karácsony, acompañado por la vicepresidenta segunda del Gobierno de España, Yolanda Díaz.
“Budapest, debido a vuestra participación, hoy se ha convertido en la capital de Europa”, dijo Karácsony ante la multitud que, según varios portales, participó pese a la prohibición en la Marcha del Orgullo más grande que se ha celebrado jamás en Hungría.
“La fuerza y grandeza de Budapest está en su carácter multifacético”, agregó el edil, afirmando que la ciudad “siempre defenderá a los que están bajo la amenaza de que les quiten algún derecho”.
Una reciente encuesta realizada por el instituto demoscópico ‘Publicus’ indicaba que el 78 % de la gente en Budapest estaba en contra de la prohibición de la marcha emitida por la policía húngara, que alegó una reciente ley aprobada por el Gobierno.
Esta ley, impulsada por el Fidesz, el partido del primer ministro ultranacionalista Viktor Orbán, estipula que se pueden prohibir eventos públicos si éstos ponen en peligro el desarrollo considerado como “adecuado” de los menores de edad.
Ante la prohibición emitida, Karácsony decidió incluir la Marcha del Orgullo dentro de un evento municipal capitalino, que en su opinión no requería permiso ni registro de parte de las autoridades.
El propio Orbán advirtió en los últimos días que los participantes en la marcha no autorizada podrían sufrir consecuencias legales, como multas de hasta 200.000 forintos (unos 500 euros).
Un grupo de unos 40 ultraderechistas bloqueó el puente de La Libertad, por donde iba a pasar el recorrido del Orgullo.
Mientras que la Marcha del Orgullo fue prohibida, las autoridades sí autorizaron esa contramanifestación de un partido de extrema derecha, a la que sin embargo acudieron muy pocas personas.